Se le está haciendo complicado el inicio de liga a un Boiro con muchas caras nuevas pero que ayer se encontró con un rival que representa todo lo contrario, un Barco que mantiene el bloque del año pasado y es muy compacto y rocoso. Vaya sí lo es, los de José Luis Lemos no pasaron del empate pero acabaron el partido atacando con todo, aunque el corazón pesó más que la cabeza en la recta final del partido. El Boiro logró empatar el duelo a falta de 25 minutos para el final y cuando el Barco ya solo se dedicaba a defender la renta. Al final, los tres atacantes locales (Cano, Herbert y Rubén Rivera) tuvieron en sus botas la posibilidad de poner a los suyos por delante, pero entre Macía y la falta de acierto el gol no subió el marcador.

El partido empezó equilibrado, con un Boiro un pelín inquieto y un Barco al que no le temblaron las piernas, nunca perdió la compostura y también intimidó al enemigo con un cabezazo de Borja en el minuto 18 en una falta lateral y otra de Diego Tato, la más clara, en la recta final de la primera parte.

Tras el descanso, el equipo visitante se puso por delante en la primera llegada. Recamán puso la pelota en el punto de penalti y Mitogo sacó partido de la falta de ajuste defensivo y consiguió cabecear al fondo de la portería. Tras el tanto, el Boiro reaccionó.