1 de junio de 2013. El éxtasis y la euforia se apoderaban de Balaídos. El Celta lograba una permanencia milagrosa. Era un desenlace de película. Su salvación conllevaba el descenso del Deportivo, eterno rival. De aquel agónico triunfo ante el Espanyol queda el regate de Iago Aspas a Colotto y su asistencia para que Natxo Insa cambiase el futuro inmediato del equipo vigués.

Nadie reparó en ello, pero en el descuento de aquel partido fueron los últimos minutos de Iago Aspas y Fabián Orellana juntos en un terreno de juego. La pareja que tantas alegrías había dado al celtismo el curso 2011/12 no había cuajado en la campaña del retorno a Primera División. El chileno estuvo hasta enero en Granada. Cuando retornó a Vigo, la situación ya no era la mejor. El Celta caía al descenso horas antes de la presentación de "El Poeta" al perder por la mínima ante Osasuna. El cese de Paco Herrera, su principal valedor, y la llegada de Abel Resino, que nunca le dio continuidad, provocó que la mejor pareja ofensiva de Segunda División no ofreciese el mismo rendimiento que meses atrás.

Iago Aspas y Orellana tienen una nueva oportunidad de dejar huella en la élite. Por separado sí lo han conseguido. El moañés fue el jugador franquicia del Celta en el curso 2012/13. Su gran campaña le abrió las puertas del Liverpool. El chileno, por su parte, explotó de forma definitiva con la llegada de Luis Enrique. Pese a ser uno de los descartes del asturiano, el "14" céltico volvió a brillar con la zamarra celeste. Con Berizzo volvió a ser indiscutible. Sólo sus protestas a los árbitros, siendo el jugador más amonestado de la categoría, impidieron a Fabián Orellana tener un protagonismo mayor.

Dos años después estos dos amigos volverán a defender juntos los colores del Celta en partido oficial. Lo harán sin la presión de aquel 1 de junio de 2013. El celltismo sabe que si esta sociedad funciona la candidatura por lograr un billete para la Europa League está garantizada. En su campaña en Segunda, Aspas y Orellana fueron los firmes representantes del "fútbol de salón". El moañés, máximo goleador nacional en Segunda, firmó 23 dianas mientras que el chileno acabó el curso con "dobles digitos" (13 goles y 11 asistencias). Unos números que los situaron como la pareja más letal de Segunda División. Ahora, con Nolito y Guidetti como aliados, el cuadro vigués espera consolidarse, otro año más, entre los diez mejores equipos del fútbol español.