Si de algo puede presumir el Celta en estos momentos, y a falta de que el balón comience a poner a cada uno en su sitio, es del abanico de posibilidades que al equipo se le han abierto en ataque donde a Berizzo se le han multiplicado las opciones y la plantilla ha dado un salto en calidad bastante evidente con las llegadas de Guidetti, Aspas y Drazic -la mayor incógnita de los nuevos- y la continuidad de Orellana, Nolito o Bongonda. El técnico no ha escondido esta situación aunque en el aire quedan todavía muchas cuestiones por resolver sobre la utilización de sus delanteros. En teoría los vigueses van a arrancar el campeonato con tres futbolistas en punta y un medio guardándoles la espalda (Pablo Hernández si no sucede nada extraño). Una situación que seguramente se irá modelando a medida que avance la temporada gracias a los vaivenes en el rendimiento y las diferentes posibilidades que le abren gente como Orellana, Aspas o Drazic a quienes puede desplazar de posición para configurar una idea diferente de juego. Una riqueza táctica a la que ningún técnico le hace ascos y que le pueden permitir manejar más recursos para vencer la resistencia de los rivales.

El ataque vigués vivirá su primer examen en el Ciutat de Valencia donde le espera Lucas Alcaraz con la línea de cinco defensas que ha seguido trabajando este verano y que el pasado ejercicio le ayudó a conseguir con cierta holgura la permanencia en Primera División. Con una plantilla muy similar a la de hace unos meses, el técnico no ha querido innovar y esperará al Celta bien pertrechado en su área. Atacará, pero no lo hará con un exceso de generosidad.

El que no va a cambiar seguro de idea a estas alturas es Berizzo. El planteamiento del Levante no va a llevar al argentino a moverse del planteamiento que ha utilizado en buena parte del verano. Hace poco tuvo un importante banco de pruebas. Fue en el Memorial Quinocho ante el Genoa. Los italianos, como si se tratasen de un sparring pensado para el primer partido de Liga, jugaron en Vigo con una defensa de cinco a la que el Celta hizo añicos sin necesidad de cargarse en exceso de delanteros. Jugó un equipo que será casi idéntico al que se estrene en Liga el domingo y solo la presencia de Sergi Gómez por Cabral -que se ausentó del partido por motivos personales- cambiará aquella alineación de la que presenten los vigueses en el Ciutat de Valencia. Los italianos comprobaron en primera persona que la defensa por acumulación no le dio resultado frente a un equipo como el Celta con una gigantesca capacidad de inventiva y con la ambición de recuperar el balón muy cerca del campo rival. La misma intención con la que el domingo se presentarán ante la línea de cinco defensas de Alcaraz.