El Celta ha alcanzado el equilibrio defensivo. No encaja goles desde la visita a San Mamés, cuando Aduriz superó a Sergio Álvarez desde el punto de penalti. El guardameta de Catoira suma ya 354 minutos imbatido y el equipo de Berizzo es el cuarto de la Liga con menos goles en contra (11). Para blindar su portería, Eduardo Berizzo trabaja desde su laboratorio con diferentes sistemas defensivos. Ha desempolvado la vieja figura del líbero, en desuso desde que a mediados de la década de los ochenta Arrigo Sacchi puso de moda la defensa de cuatro en zona, con Baresi como director de orquesta del Milan dominador de Europa para achicar espacios y provocar que los delanteros rivales cayesen continuamente en fuera de juego.
En Vigo, Berizzo le da vueltas al líbero del siglo XXI: un defensa que se mueva libremente por detrás de los centrales, casi en línea con éstos (no cuatro o cinco metros más atrás, como antaño). Ha ensayado el técnico argentino en dos partidos de Liga con Gustavo Cabral, con resultados dispares: derrota contra el Villarreal (1-3) y empate ante el Granada (0-0).
El experimento frente al conjunto andaluz dejó buenas sensaciones en el equipo. Le dieron su aprobación tanto Cabral, el lunes, como Hugo Mallo, ayer: "Con líbero estoy más cómodo porque así me da tiempo a ir más encima de mi rival. Además, me va bien porque sé que por detrás tengo a alguien que me está cubriendo la espalda. Para mí es bueno", insiste el lateral de Marín sobre el líbero, un puesto que Balaídos quiere poner de moda.
Algo parecido lo intentó implantar el curso pasado Luis Enrique Martínez pero los resultados le hicieron renunciar a las pruebas. El asturiano utilizó entonces a Borja Oubiña para situarlo por detrás de los dos centrales cuando atacaba el rival. El papel asignado entonces al mediocentro ahora lo realiza un defensa central: Gustavo Cabral.
Berizzo juega con ventaja en estos momentos, pues le acompañan los resultados. Mientras mantenga al equipo celeste en buenas posiciones en la tabla clasificatoria, se le permitirá que realice experimentos como esta variación del 4-3-3, que se transforma en un 3-4-3 en el repliegue, pues los laterales ayudan a los otros dos centrocampistas. El Barcelona de Guardiola utilizó muchas veces ese modelo de juego de tres centrales, cuatro centrocampistas y tres delanteros.
La modificación que propone Berizzo llama la atención entre el colectivo de entrenadores. "Es una variante defensiva válida, que se puede utilizar dependiendo de las características del rival. Todos los sistemas son válidos si consigues ganar. Todo es válido pero, desde luego, es un sistema que ya no se usa últimamente. Lo del líbero es llamativo", explica Jorge Otero, entrenador del Rápido de Bouzas.
Ramón Carnero, extécnico del Celta, se muestra partidario de la variante más ofensiva. "A mí me gusta más que el que está libre juegue por delante de la defensa. Con esa fórmula, Berizzo quiere que en situaciones de igualdad numérica Cabral le asegure las ayudas. Es una situación más defensiva que la anterior", sostiene quien ahora dirige el Celta de fútbol indoor.
"El Celta está recuperando conceptos que estaban un poco en desuso, como los marcajes al hombre, aunque no son como los de antes sino que ahora se realizan dentro de una zona determinada del campo", apunta Juan Carlos Andrés, entrenador del Boiro, para quien la evolución del fútbol está muchas veces en rescatar viejas ideas y amoldarlas a los nuevos tiempos. "Hemos llegado a un desarrollo del juego que el camino para contrarrestarlo quizás sea volver a condiciones que se realizaban en el pasado, pero con matices y adaptadas a las reglas actuales".
El laboratorio de Berizzo busca variantes del fútbol a partir de viejas fórmulas.
