Mateo Martínez se convirtió en el ganador del LXXIV Torneo Internacional de Tenis del Club de Campo de Vigo tras superar a Juan Samuel Araúzo de forma aplastante. El argentino batió al español en dos sets (6-3, 6-0) para lograr su primera victoria en un ITF Futures en Europa. Era la primera ocasión en la que el sudamericano disputaba un torneo en España y no dejó pasar la oportunidad para dar el salto que busca en el campo profesional. A sus 20 años, Martínez inscribe su nombre en la Copa Bedriñana que ya han ganado tenistas de la talla de Santana, Orantes y Nadal. Araúzo pagó la sobrecarga de partidos -el sábado jugó las semifinales y ganó el dobles junto a Oriol Roca- y nada pudo hacer ante la solidez del nuevo campeón.

Rápido, sólido, consistente y con un tenis preciosista, Martínez arrasó en la final. Se preveía un choque igualado, pero la firmeza del argentino y la carga de partidos del aragonés provocaron que el choque fuese un duelo muy desnivelado.

Samuel Araúzo abrió el partido con su saque y logró imponer su derecha, aunque fue un espejismo. La potencia que había demostrado el español durante todo el torneo se fue apagando a medida que transcurrían los partidos y la final de dobles del viernes por la noche, en la que ganó junto a Oriol Roca, fue un factor decisivo para el resultado de la final.

Martínez lo sabía y buscó puntos largos desde la primera bola que se puso en juego. Con un revés a dos manos tan contundente como preciso, fue minando el tenis de su rival y puso distancia en el marcador. Los problemas se acumularon para Araúzo, que cometió dos dobles faltas en el tercer juego y dejó el camino libre para que el sudamericano tomase ventaja suficiente.

Con un 3-1 en contra, el brazo del aragonés se encogió. Su derecha no encontraba las líneas de fondo y tampoco sus dejadas fueron la solución que ya le habían ayudado en rondas anteriores. Martínez apretó con su saque consciente de que tan solo tenía que acertar con su servicio para apuntarse la primera manga.

Así fue, la inseguridad del español le concedió incluso un nuevo break en el noveno juego y el primer set cayó de su lado (6-3). Las 300 personas que llenaban las gradas de la pista central se volcaron entonces con Araúzo. Habían disfrutado durante toda la semana con su juego y comprendieron desde el primer momento que el físico no estaba respondiendo.

Ni el aliento del público sirvió para cambiar el rumbo de la final. La segunda y definitiva manga no tuvo historia. Un "rosco" que evidenció los problemas de uno y la superioridad del otro. Araúzo se entregó a medio camino, lo intentó hasta el cuarto juego, pero en los últimos compases se dejó llevar para perder su cuarta final individual esta misma temporada (Portugal, Lleida, Valldoreix y Vigo).

Por el contrario, el argentino gana su primer torneo en Europa -tan solo había jugado siendo júnior en Turquía- y su segundo del año -Valencia (Venezuela) y Vigo- en busca del salto que busca en el campo profesional.

Nicolás Martínez se mostró muy satisfecho a la finalización del encuentro, no solo por la victoria en la final sino por el resultado globlal del torneo. "Estoy muy contento, llevo toda la semana trabajando duro para ganar", señaló. Respecto al rival, asegura que la acumulación de partidos fue su hándicap. "Estuve enfocado todo el partido y él estaba un poco cansado, lo pasó mal físicamente, así que pude aprovechar mis oportunidades", indicó.