El Academia Octavio se ha convertido en una tierra de oportunidades o de segundas oportunidades según sea el caso. Nuevos tiempos de un equipo que trata de adaptarse a su nueva realidad y que intenta exprimir al máximo sus recursos. Toni Corcera y Francisco Salazar representan muy bien esta nueva realidad. Los dos jugadores fueron presentados ayer en el concesionario MOSA Peugeot, firma que ha decidido acompañar al Octavio en esta aventura y con el que emprenderán diferentes actuaciones en los próximos meses.

Para el catalán Corcera -que juega de pivote donde brilla en la faceta tanto defensiva como ofensiva- la llegada al Octavio supone su regreso a la División de Honor B después de pasar las últimas temporadas en Lavadores. Conoce la categoría de su etapa en el Cangas y ahora decidió retornar a ella de la mano de un equipo que le va a "pluriemplear". Corcera compatibilizará su su tarea como jugador con la de entrenador de uno de los equipos de categorías inferiores del club. La tarea le apasiona como él mismo explica: "Me hace mucha ilusión volver a la B, pero también una de las cosas que más me gustó de la llamada del Octavio fue la posibilidad de trabajar con los chavales. Tengo muchas ganas de ayudar al club en todo lo posible". Aunque la presentación se ha ido retrasando Corcera lleva trabajando desde comienzo de pretemporada a las órdenes de Jabato y ya ha podido hacerse una idea de lo que es el Octavio: "Un vestuario muy joven que al principio incluso impresiona. Pero creo que es lo que le espera al balonmano en estos momentos para adaptarse a los nuevos tiempos. Yo, que soy más veterano, trataré de ayudar a que los más jóvenes a adaptarse a la categoría".

Para Francisco Salazar la decisión de venir al Octavio era mucho más compleja. Chileno de solo 21 años, en su país no existe una Liga profesional y en la llamada de Jabato vio la posibilidad de cumplir el sueño de desarrollar una carrera. No fue sencillo, aunque demostró agallas y compromiso que el Octavio le reconoció ayer públicamente. Salazar se pagó de su bolsillo el viaje y expone mucho en lo personal con su decisión: "No fue fácil venir para aquí. Implica mucho a nivel personal, dejar a la familia y muchas otras cosas para tratar de cumplir el sueño de ser profesional del balonmano. Es una oportunidad que me llevará a centrarme al cien por cien en mi deseo de dedicarme a este deporte". Internacional chileno en categorías inferiores, ya ha asomado el morro con la absoluta, aunque sabe que lo que le espera en España no tiene nada que ver con lo conocido hasta el momento: "Todo cambia, el nivel y el hecho de que en Chile no competíamos, no jugábamos Liga porque no existe. Esto es otra manera de vivir el balonmano y vengo mentalizado para trabajar y para ganarme el puesto". Salazar es un lateral diestro que también puede jugar en el extremo. Habla de sí mismo y explica entre risas que "no soy un lateral excesivamente alto como se puede comprobar, pero creo que puedo aportar sobre todo mucha velocidad al juego".

Sobre él tuvo palabras muy cariñosas el presidente, Javier Rodríguez. Explicó el dirigente que desde que llevaba en el balonmano no había conocido otro jugador como Salazar que haya puesto tantas "ganas" de jugar en el Octavio: "Aquí han venido muchos jugadores, de toda clase. Pero ninguno de los anteriores ha expuesto lo que Salazar para jugar en el Octavio y es justo reconocerlo".