Mario Bermejo no permitió que la grave lesión de rodilla que sufrió a finales de la temporada 2012/2013 le obligase a retirarse del fútbol. Ayer reconocía que le costó mucho volver a jugar. Lo hizo a finales del pasado año, ante el Athletic de Bilbao. "Cuando me lesioné no quería retirarme en una camilla porque eso sí que sería un fracaso para mí. He trabajado duro para recuperarme y al final pude volver a jugar. Me quedó un mal sabor de boca por no haber marcado esta temporada, pero nada más", proclamó quien en 2005 se conviertió en el máximo goleador de Segunda División con los 27 goles que marcó con el Rácing de Ferrol.

Bermejo reconoció ayer que barajó prolongar su carrera uno o dos años más. "Mi intención, antes de recibir esta oferta, era seguir jugando, pero sabía que era difícil encontrar un proyecto deportivo que me motivara tanto como lo he estado en estos últimos años. Mis últimos seis años quizás han sido los más bonitos porque he vivido dos ascensos a Primera [Xerez y Celta] y he jugado tres años en esta categoría".

Finalmente, al cántabro le sedujo más continuar en Vigo, donde es uno de los favoritos del celtismo. "Tenía una pequeña esperanza de poder seguir jugando al fúbol pero he decidido aceptar esta propuesta porque veo que es lo mejor para mí y para mi familia. A partir de ahora, estaré en un segundo plano pero seguiré vinculado al fútbol".

Tampoco valoró jugar fuera de España. "No contemplaba la opción de salir a jugar al extranjero solamente por ganar mucho dinero. No he estado muchos años en Primera División pero nunca me he guiado por motivos económicos, y mucho menos lo haría ahora", dijo Bermejo, quien sí reconoció que echará de menos la vida como futbolista.