Hace menos de 20 años Bosnia se desangraba en una guerra que enfrentó entre sí a los pueblos balcánicos que formaban la antigua Yugoslavia. El último gran conflicto armado de Europa dejó heridas que todavía no están cerradas. Por entonces Vedad Ibisevic tenía 10 años y su familia se vio obligada a desplazarse de Vlasenica -que cayó en manos serbias- a la ciudad interior de Tuzla. Ya en el año 2000 y por motivos económicos su familia y el adolescente Ibisevic se trasladaron a Suiza, y poco después a San Luis, en Estados Unidos. Por entonces el bosnio había jugado unos meses en el equipo juvenil del FC Basilea 1893 suizo. Y fue por estos avatares del destino por los que un delantero que hoy es una estrella en la Bundesliga anotó algunos de sus primeros goles en el equipo de soccer de la Universidad de San Luis. No tiene mala fama esta disciplina en esa institución educativa, sin embargo una universidad estadounidense no es donde uno se espera que surja un futbolista balcánico que, la madrugada del lunes (hora española), entró por segunda vez en los libros de Historia de Bosnia y Herzegovina. Pero no solo en las páginas de historia deportiva, sino en esa historia que se estudia en las escuelas. Y es que el jugador del Stuttgart anotó contra Argentina el primer gol de su país en una fase final de la Copa del Mundo, en su primera participación. Ocho meses antes marcaba frente Lituania el tanto decisivo para sacar el billete a Brasil en un grupo en el que el mano a mano con Grecia se mantuvo hasta el final. Toda Bosnia, una pequeña nación de apenas 4 millones de habitantes, se echó a las calles a celebrar aquel triunfo, después de haber rozado una fase final en ocasiones anteriores.

En suelo yanqui ya se veía que Ibisevic no iba a ser un futbolista del montón. De hecho fue nombrado debutante del año por la NCAA (National Collegiate Athletic Association), la entidad que organiza los programas deportivos universitarios en Estados Unidos. Lo que no se podía saber entonces es que se acabaría convirtiendo en todo un héroe nacional.

El gol frente a Argentina, que no sirvió a Bosnia para puntuar, llegó además después de una suplencia inesperada. En los 10 partidos de la fase de clasificación Safet Susic alineó como titulares en punta a Ibisevic y a Edin Dzeko. Sin embargo, ante la albiceleste optó por un solo punta reforzando el medio del campo. Ibisevic sería el sacrificado en detrimento de la estrella del Manchester City. Su oportunidad llegaría en el minuto 69. No fue el mejor jugador de una Bosnia lenta pero que dejó detalles para la esperanza en su debut mundialista. Por encima de él estuvo el centrocampista de la Roma Pjanic, que manejó los tiempos de su equipo. También destacó en tres cuartos Misimovic, demostrando que ya no está en su mejor momento físico -juega en la Liga de China- pero que tiene calidad de sobra para romper líneas con pases largos. El trabajo de Besic ayudando a sus compañeros en todas las zonas del campo también es digno de mención. Sin embargo, lo que registrarán las guías del futuro es ese gol del ariete del Stuttgart.

Ibisevic es un delantero bastante completo, que a sus 29 años ya tiene la experiencia suficiente como para plantarse en la Copa del Mundo con un equipo "novato" en la competición. Destaca sobre todo por sus remates de cabeza y luce más cuando juega como referencia arriba y con otro punta de movilidad al lado, de ahí que normalmente juegue con Dzeko en la nacional. De adolescente, sus buenas actuaciones en las ligas universitarias de Estados Unidos también llamaron la atención de los ojeadores de equipos europeos. Fiel a su trayectoria vital volvió a mudarse de país para fichar por el PSG francés. Llegó a París en 2004, con la temporada comenzada, y apenas dispuso de minutos. En 2005 optó por dar un paso atrás y fichar por el Dijon FCO de Ligue 2. En ese conjunto marcó 10 tantos en 33 partidos. Tras una temporada en el Alemannia Aachen saltó al Hoffenheim de Bundesliga. Durante las siguientes cinco temporadas Ibisevic se convirtió en la referencia para este equipo de novela que, pese a representar a una ciudad de apenas 35.000 habitantes, tiene un estadio para 30.000 aficionados y desde hace años compite con los clubes más grandes de Alemania. Con la camiseta del Hoffenheim anotó 48 goles en 123 partidos y dio el salto a un clásico del fútbol germano, el Stuttgart. Desde la 2011/12 sus 33 dianas se consideran clave en un conjunto que este año firmó una más que discreta temporada.