El Blusens Universidade de Vigo reúne fuerzas, las internas y las externas, para afrontar el partido de vuelta del play off de permanencia y ascenso a División de Honor. El XV del Olivo necesita superar mañana en As Lagoas (17.15) el 29-10 que el Sant Cugat firmó en la ida.

Conservar la plaza en la élite, conquistada en 2011, exige ese último esfuerzo. La directiva ha invitado al partido a los demás clubes de VIDE. El acceso a las gradas será gratuito. La familia del Vigo Rugby reúne todas sus energías.

Estará seguramente en el campo Ramón Amoedo, uno de los tres universitarios que en diciembre de 1987 concibieron el nacimiento del club. Tenía otro compromiso apalabrado desde hace meses, pero "es como si el destino quisiera que fuera".

Aunque abandonó la directiva hace algunos meses, Amoedo sigue sufriendo en la banda baja del CUVI y conoce al punto cada novedad. "No vi el partido de vuelta, pero me han dicho que fue un desastre absoluto. Todo nos salió mal. Al Sant Cugat se le podría ganar de 30 en un partido normal, pero remontar 19 puntos necesitándolo será muy difícil". Enseguida acota: "Muy difícil; no imposible. Los primeros minutos serán esenciales. Nosotros seremos nuestro principal enemigo".

Los cielos se han abierto sobre Vigo. Mal tiempo para el común, pero quizás providencial para el Blusens. Desde el club estudian el pronóstico. Lloverá hasta mañana por la mañana. "Que llueva", reza Amoedo, "nos viene bien. El Sant Cugat está acostumbrado a jugar sobre hierba sintética. Un campo embarrado y pesado nos beneficia. Aunque también depende de la forma física que tengamos tras un mes de parón". El equipos vigués estuvo varias semanas parado, salvo por un par de amistosos, mientras su rival disputaba la fase de ascenso. "Eso debió influir en la ida", aventura Amoedo.

Chema Fernández comparte que el mal tiempo ayudará, aunque con matices: "Tenemos una delantera más potente; la suya es más móvil. Aunque la lluvia también puede provocar que el balón vaya de un lado a otro a base de patadas, sin que suceda nada, y el juego será más impreciso, dificultando la anotación".

Chema era capitán en aquel XV del Olivo que hace tres años logró la hazaña del Valle de las Cañas: el primer ascenso de un equipo gallego a División de Honor. "Uno siente orgullo al recordar aquello", proclama. "Lograr la permanencia sería importante. Costó mucho y cada vez complican más el sistema de ascenso. Ojalá se salven. El club tiene estructura para no sufrir tanto".

El veterano delantero no podrá animar a sus excompañeros. Actualmente milita en el Pontevedra RC. Y mañana, a las 19.30 horas, juega con la selección gallega contra Andorra. "Casi prefiero no enterarme de nada hasta que acabe mi partido", confiesa. "19 puntos es como tener una desventaja de tres goles en fútbol. Pero esto es rugby. Se puede. Toda la presión que sientan antes no se notará durante el partido".

Chema es una figura señalada en la historia del Vigo Rugby. Julio Babé, jugador del equipo sub 16, sueña con serlo en el futuro. Sobrino del presidente, acudirá con su padre al encuentro pleno de fe: "Es complicado, pero se puede hacer. Los primeros minutos serán los más importantes. El Vigo tiene mejor melé. Así que da igual que ellos sean superiores en tres cuartos. Todos apoyaremos desde fuera".

Casi un cuarto de siglo le costó al club alcanzar la cima del rugby español. Conservar lo logrado provoca responsabilidad. Pero sin dramatismos. Amoedo resume el sentir del club y su entorno: "Sería una pena bajar. Pero es más importante lograr un campo en Vigo o seguir aumentando la masa social. El proyecto no debería cambiar. Esto es deporte".