El comunicado asegura que "Mohamed Ben Hammam no desempeñó papel oficial o no oficial alguno en la candidatura de Catar 2022. Como sucedió con cualquiera de los miembros del Comité Ejecutivo de la FIFA, el equipo de nuestra candidatura tuvo que convencer al señor Ben Hammam de los méritos de ésta", agrega.

El SCDL explica que está "cooperando plenamente con Michel García", responsable del comité de ética de la FIFA, "en su investigación", y agrega que confía totalmente en que "todo conducirá a evidenciar que la candidatura para obtener el Mundial de 2022 fue fiel al juego limpio". "Negamos con vehemencia las acusaciones de mala conducta. Y daremos los pasos que sean necesarios para defender la integridad de la candidatura de Catar, y nuestros abogados ya están trabajando en el asunto", señala.

"El derecho a organizar el torneo se ganó porque ésta era la mejor candidatura y porque éste es el momento de que Oriente Próximo albergue su primera Copa del Mundo", concluye.

Según "The Sunday Times", el exdirectivo de la FIFA Mohamed ben Hammam efectuó pagos por unos 5 millones de dólares (3.7 millones de euros) a responsables de fútbol africanos para comprar el Mundial de 2022 para Catar.

De acuerdo con el periódico, que en las próximas semanas detallará su investigación, existen miles de facturas, faxes y correos electrónicos que demuestran intercambios entre Ben Hammam y directivos africanos que, aunque no tenían voto, podían influir en el resultado.

Ben Hammam, expresidente de la Comisión Asiática de Fútbol entre 2002 y 2011 y posteriormente apartado del fútbol entre acusaciones de corrupción, orquestó "una campaña encubierta" de sobornos y agasajos para recabar apoyo a la candidatura de su país, explica el periódico.

Ben Hammam, de origen catarí, desembolsó esos cerca de cinco millones de dólares con el objetivo de buscar apoyos para la candidatura de Catar e influir en miembros clave del comité de 24 miembros.

"The Sunday Times" señala que los archivos, obtenidos tras analizar una base de datos electrónica, prueban la existencia de diez fondos controlados por Kemco, la empresa de construcción del millonario catarí, desde los que se hicieron multitud de pagos, así como transacciones en metálico por hasta 200.000 dólares a cuentas de los presidentes de 30 asociaciones de fútbol africanas.

El exdirectivo de la FIFA también organizó banquetes y recepciones para agasajar a esos directivos, entre los que repartió hasta 400.000 dólares en metálico, y a su vez estos se comprometieron en correos electrónicos a hacer campaña para defender la causa de Catar.

Según el "Times", Ben Hammam pagó además más de 1,6 millones de dólares meses antes del voto clave a cuentas bancarias controladas por el exdirectivo de la FIFA Jack Warner, que era miembro del comité por Trinidad y Tobago.

También abonó facturas legales y de detectives al miembro del comité de la FIFA por Oceanía, Reynald Temarii, para que luchara contra su suspensión tras ser acusado de corrupción.

Ello evitó que Temarii fuera reemplazado a tiempo por otro candidato que hubiese votado a favor de Australia, explica el mencionado periódico.