El Universidade de Vigo femenino anda justo de jugadoras. Sara y Estela se mudaron al CRAT para competir en División de Honor. Una integrante de la plantilla se fue a Francia y otra lo dejó por estudios. Volvió Charo de la escuadra coruñesa; también Helena y Elenita. Buena espina dorsal, junto a la capitana Maru, pero sensible a contratiempos e incompatibilidades. El billete para la fase de ascenso a la máxima categoría quedaba pendiente de la última cita de la Liga Gallega, en As Lagoas ante el Campus Ourense. Igual que en el anterior ejercicio, cuando se impusieron las ourensanas. A la cita se presentó esta vez el Universidade con sólo trece jugadoras por culpa de tres lesiones; las visitantes, con el XV completo más cambios. "Temía que nos volviese a pasar lo mismo que el año pasado y no pudiésemos clasificarnos", revela el entrenador, Santi Lemos. El coraje de las olívicas compensó su inferioridad numérica: 25-15. "Me quito el sombrero", resume Lemos.

El Universidade, en consecuencia, competirá por el ascenso a División de Honor, pero ignora cuándo, dónde y cómo. Otra muestra del desbarajuste del rugby nacional, con la Federación Española en grave crisis institucional (el presidente ha dimitido y el plan de viabilidad se ha incumplido). Desde la Gallega le dicen al Vigo Rugby que la fase final se jugará a finales de abril; desde la Española, que a finales de mayo. Sevilla se ofrece como sede, pero sin confirmar. Falta por ver también qué campeones autonómicos acudirán y cómo se organizará la competición, que se supone en dos días intensivos, con liguillas, cruces y partidos con menos minutos de los reglamentarios. "El desconocimiento es total", resume Santi Lemos.

Toda la campaña ha tenido una estructura compleja. El CRAT participó y arrasó en la Liga Gallega inicial. Ni siquiera el Universidade pudo hacerle un punto. Después se inició la División de Honor, que la escuadra herculina lidera, dejando a viguesas y ourensanas como favoritas en la Liga Gallega de ascenso. "El CRAT está a un nivel superior", reconoce Lemos.

No siempre fue así. El Universidade dominó el escenario gallego durante varios años. Concluyó el ciclo de la anterior generación y ha sido difícil encontrar sustitutas. Hoy, en la plantilla conviven jugadoras como Elena, de 41 años, y otras de 19; rugbiers bien consolidadas y otras neófitas, aunque el entrenador señala: "Las chicas nuevas han mejorado rápidamente, como nunca había visto, y se han adaptado muy bien".

Maru, la capitana y responsable de la sección femenina en la estructura del club, ha vivido esta transición y se vuelca en la captación de gente: "Animo a todas a probar. El rugby tiene la imagen de ser un deporte más bruto de lo que es. No somos monstruosamente grandes ni chicos. Hay puestos para todos los físicos y nadie está solo".

Es la fuerza del grupo lo que define al rugby y precisamente la mejor cualidad del Universidade femenino. La directiva del Vigo tendrá que reunir el dinero necesario para enviar a su escuadra a esa fase de momento tan misteriosa. Intentará captar además a algunas jugadoras de otras escuadras gallegas para reforzarse, si la reglamentación lo permite, porque el formato, sea cual sea, será exigente a nivel físico. "Si podemos jugar, será un premio porque llevamos toda la temporada luchando contra todo", comenta Santi Lemos. "Me han comentado que habrá adversarios de bueno nivel. No sé si podremos ascender, pero estoy seguro de que seremos capaces de realizar un papel digno". Maru confirma el análisis y añade otra misión ineludible: "Disfrutar".