El capitán del Real Madrid, Iker Casillas, vivirá de forma especial la final de la Copa del Rey, once meses después de ver desde el banquillo cómo su equipo perdía el trofeo copero ante el Atlético y deseoso de hacer valer su capacidad de 'talismán'.

El pasado 17 de mayo de 2013, el mostoleño se había habituado a su nuevo rol en el banquillo, al que una inoportuna lesión y la sorprendente decisión de José Mourinho le apartaban por tercera ocasión de una final del torneo del 'KO'.

Así, Casillas disputará su segunda final copera después de haberse perdido tres de las últimas cuatro jugadas por su equipo, con el añadido de que todas ellas se saldaron derrota. Con él en el banco de suplentes y con César en la portería, el Real Madrid perdió la final de 2001-2002, el 'Centenariazo' ante el Deportivo (2-1), y la de 2003-2004, ante el Real Zaragoza, por 3-2 en la prórroga, más la del año pasado.

En cambio, con el guardameta mostoleño titular y resultando además clave, el equipo blanco puso fin a casi 20 años de espera en abril de 2011 al ganar por 1-0 al FC Barcelona, un éxito que quiere ahora repetir, en un escenario y un rival idénticos, y con el aval de llegar a la gran final sin que ni Olímpic, ni Osasuna, ni Espanyol ni el Atlético hayan sido capaces de hacerle un gol.

En total, el portero madrileño ha jugado diez finales en su carrera deportiva y sólo ha perdido dos, en la Supercopa de Europa de 2000 ante el Galatasaray (2-1) y la Copa Intercontinental de ese mismo año ante Boca Juniors (2-1). Desde entonces, ha ganado todas en las que ha sido titular.