La palabra permanencia todavía permanece en el vocabulario del Unión Grove, al menos mientras las opciones matemáticas así lo permitan. Con 15 puntos aún por disputarse la distancia que les separa del objetivo es de diez, pero la esperanza obliga a no desfallecer.

Eso fue lo que dejaron bien claro ante el Barco. El carácter competitivo de los de Borja Burgos salió a relucir desde el primer minuto. Con los dos equipos apostando por un dibujo con las líneas muy juntas, conservar el balón era más que complicado. Todo ello hizo que el partido derivase a una disputa generalizada en cada acción.

Como era de esperar, las acciones de estrategia eran la alternativa más clara para acercarse a las porterías. En una de ellas llegó el único tanto de la tarde en Monte da Vila. Marcos botó una falta lateral que llegó a a la banda contraria. El balón lo recogió Corrales que sirvió un centro medido que Ameixeiro convirtió en gol de gran testarazo.

La intensidad de ambos equipos fue en aumento en la segunda parte. La entrada del delantero visitante Kevin dio al Barco una agresividad que desesperó a los jugadores locales. Sin embargo, apenas había noticia de peligro en ninguna de las dos porterías. Tal fue la tensión acumulada que al término del partido ambos equipos se enzarzaron en una tangana en los vestuarios que no fue a mayores.