Mario Bermejo se mostraba "emocionado" ayer por su vuelta al equipo titular un año después de su grave lesión de rodilla ante el Atlético de Madrid. El delantero cántabro provocó el penalti que anotó Nolito y se entregó en cuerpo y alma para que el Celta tenga ahora más cerca la permanencia.

"Estoy muy contento y muy orgulloso por volver a jugar un partido de inicio, además de estar ejerciendo de capitán. Hemos cosechado un buen resultado y estoy bastante emocionado por este regreso y con el trabajo realizado. El punto que hemos conseguido hace más meritoria mi vuelta. A ver si somos capaces de conseguir un resultado positivo en Almería y finiquitar esto cuanto antes", convino Bermejo tras el partido.

El delantero del Celta proclama que el penalti de Íñigo Martínez al derribarle en el área fue claro, pero no así la tarjeta que el donostiarra vio en una jugada anterior en una disputa también con Bermejo. "El penalti es claro porque llego antes que él al balón y me toca en el pie. Quizá la duda es si el árbitro le podía enseñar la segunda tarjeta. Creo que sí. Ellos dicen que la primera tarjeta de Íñigo no lo era, puede ser. Por eso tampoco quiero culpar al árbitro de que no lo haya expulsado porque la decisión de la primera tarjeta tampoco era correcta", admitió.

Bermejo, con 35 años de edad, asegura tener cuerda para rato en el fútbol. "Llevaba un año sin ser titular. Es una emoción muy grande, una satisfacción tener esta recompensa. Espero que sea la primera de muchas otras. Hay que seguir currando hasta que el cuerpo aguante y hasta ahora aguanta, así que a morir en el campo", comentó el cántabro antes de admitir que el punto de ayer le da "más ánimos para Almería, si cabe".