La fatalidad se ensaña con el Celta B, que da otro paso hacia el abismo de la Tercera División tras perder ayer con el Sporting B (1-2), en un partido que dominaba en el marcador cuando se iniciaban los minutos de descuento. De los cuatro de prolongación que concedió el árbitro, el conjunto asturiano solamente necesitó la mitad para voltear el resultado ante un rival que desperdició un penalti. La tercera derrota consecutiva deja al filial céltico en la penúltima plaza, con 30 puntos, a seis de la permanencia y con el agravante de que le resta un partido menos -cuatro, de los que tres serán como visitante- que a los demás rivales directos. Las opciones de los celestes para mantenerse en la división de bronce son escasas.

La Segunda División B exige más que buen fútbol a los equipos que apuestan por la cantera. Se penaliza la falta de pegada y la inocencia defensiva. Ayer, en Barreiro se dieron cita las escuelas de A Madroa y de Mareo, que presumen de ser de las mejores del fútbol español, aunque la gijonesa no vive momentos brillantes. Excelente era cuando de allí salieron jugadores como el actual entrenador del Celta, Luis Enrique Martínez, o el ahora técnico del Sporting B, Pitu Abelardo. El exdefensa internacional del Barcelona ha armado un equipo de gran fortaleza física y juego directo para no pasar apuros en la categoría de bronce.

Ante un rival que le ganaba en peso y altura, David de Dios apostó ayer por un once muy joven, con siete jugadores que la temporada pasada eran juveniles. Y el Celta B dominó desde el comienzo, con llegadas a la portería sportinguista pero sin apenas peligro. Intentaba que el balón corriera por la hierba pero le faltaba pegada, como le ocurre al primer equipo. Además, el rival no dudaba en meter el pie con fuerza en los duelos individuales.

Al Sporting B le costaba más superar las líneas celestes pero cuando lo conseguía ponía en problemas a una defensa blanda. De hecho, la primera gran ocasión del partido la protagonizó Álex García, pero no supo resolver a puerta vacía el contraataque. Tampoco tuvo fortuna el delantero rojiblanco cuando a los 24 minutos se encontró solo ante el guardameta céltico, que despejó el balón hacia el larguero. En el área contraria, Ayala tocaba más el balón, pero la pelota que le puso en aprietos por primera vez fue la que lanzó Yelko en el minuto 22. Antón y Goldar lo intentaban con disparos de falta. Samuel, Thaylor y Borja Iglesias protagonizaban acciones de ataque pero faltaba remate. La primera parte se agotó sin goles.

Los dos jugadores más adelantados del filial céltico protagonizaron la acción del primer gol. Cuando se cumplían dos minutos de la reanudación, Thaylor estuvo atento al rechace del portero del Sporting B tras un lanzamiento de Borja Iglesias para adelantar a los celestes.

El Celta B se animó con el tanto que le mantenía vivo en la pelea por la permanencia y encontró más espacios. Borja Iglesias asumía el protagonismo en ataque y a los 56 minutos fue derribado en el área rival. El árbitro no dudó en señalar penalti. El equipo gallego tenía la oportunidad de dejar sentenciado el partido, pero Ayala adivinó el disparo del céltico.

Los cambios le dieron más profundidad al conjunto gijonés, que en el minuto 80 reclamó un penalti de Goldar a Castro. A continuación, Samuel pudo marcar el segundo del Celta pero su lanzamiento se fue alto tras sorprender adelantado al portero del filial gijonés. Tampoco acertó Borja Iglesias en un mano a mano ante Ayala. Una volea suya la desvió a córner un defensa del Sporting, que en los últimos minutos envió a sus torres al ataque para que consiguiesen al menos el empate.

En el segundo minuto de descuento, Rachid aprovechó un rechace de la defensa del Celta para empatar tras un saque de esquina. Los celestes volvían a complicar su futuro en el tiempo añadido. En la siguiente jugada, David Costas dejaba que un delantero le sorprendiese por la espalda. El céltico cometió falta y fue expulsado. Álex Menéndez lanzó desde el borde del área, sorprendiendo a Rubén. El Celta pagaba un alto precio por no saber controlar el partido con el marcador a favor. Se complica la permanencia en Segunda B.