Nadal vuelve a su hábitat natural. La pista dura queda aplazada hasta el próximo mes de agosto, con los Masters 1.000 de Montreal y Cincinnati. Ahora viene lo bueno para el número uno del mundo, quien una temporada más debe hacer valer su supremacía en sobre tierra.

La primera estación es en el Masters 1.000 de Montecarlo, a partir del próximo 14 de abril. En la capital monegasca, un torneo cuyas pistas están al borde del mar, Nadal intentará recuperar el trono perdido el pasado año ante su verdugo del domingo en Miami, Novak Djokovic. El serbio, que se impuso por 6/2 y 7/6, rompió el pasado año una racha de 46 victorias consecutivas del mallorquín en el Principado. Nadal, que aspiraba a su noveno título en el primer Masters 1.000 sobre tierra de la temporada, encajó ante su gran rival su segunda derrota en este torneo en diez participaciones. Aquel 21 de abril del pasado año no se le ha olvidado al de Manacor. Comprobó que Djokovic, en forma, es perfectamente capaz de ponerle en problemas sobre tierra. De hecho, le ha ganado tres veces de las dieciséis que se han enfrentado en esta superficie.

Nadal, que deberá superar con nota la temporada de arcilla si quiere mantenerse como número uno, disputará a partir del 21 de este mes el Conde de Godó, un torneo en el que se siente como en casa. Aspira en el Real Club de Tenis Barcelona a su noveno título, que, salvo sorpresa, parece cantado ya que, entre otros, no estará Djokovic, uno de los pocos jugadores que se sienten capaces ahora mismo de destronar al mallorquín sobre polvo de ladrillo.

Tras Barcelona llegará Madrid, el torneo sobre tierra que peor se le da, por la altura, pero que ya ha conquistado en tres ocasiones, la última el pasado año al derrotar en la final al suizo Stanislas Wawrinka. Casi con toda seguridad verá en este torneo cómo se recorta su ventaja sobre Djokovic ya que el serbio sucumbió el año pasado en primera ronda ante el búlgaro Dimitrov, por lo que se le presenta una buena oportunidad de sumar un buen puñado de puntos en su lucha por recuperar el liderato mundial.

El torneo de Roma, a partir del 11 de mayo, supone la antesala de Roland Garros. En la capital italiana también alzó el trofeo, y aspira a su octavo título. También aquí corre el riesgo de que Djokovic le reste puntos porque fue eliminado en los cuartos de final por el checo Berdych.

La temporada de tierra, como de costumbre, tendrá su epílogo en Roland Garros, una auténtica prueba de fuego para el mallorquín, que comenzará el 25 de mayo. Si en Montecarlo encajó su tercera derrota sobre tierra ante Djokovic, en París tuvo que emplearse a fondo para superar al balcánico. La semifinal que protagonizaron el pasado año es el mejor espejo para comprobar lo que le espera al vencedor de trece grandes. Nadal se impuso en semifinales en cinco agónicos sets tras casi cinco horas de dura pelea. Nadal tuvo que remontar un 4-2 en el quinto set. Era la segunda vez que apuraba las cinco mangas en París. Djokovic demostró en este partido que, si está en plenitud, puede jugarle de tú a tú a su gran rival en este tipo de superficie. Además, el hecho de que sea el único grande que falta en su palmarés, le convierte todavía en más peligroso de lo que es. Su ambición no tiene límites.

Como era de prever, fue la final anticipada ya que en el partido decisivo David Ferrer no fue rival para el número uno, que se rindió en tres sets en poco más de dos horas. Levantó por octava vez la Copa de los Mosqueteros, convirtiéndose en el primer jugador en la historia que gana ocho veces un mismo torneo de Grand Slam.

En Madrid

Nadal regresó ayer de Miami, pero al contrario que su equipo, se quedó en la península. El manacorí pernoctó en Barcelona, donde será examinado de su rodilla por el doctor Angel Ruiz Cotorro y mañana presenciará en directo en el Santiago Bernabéu el partido de ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones entre el Real Madrid y el Borussia Dortmund. El tenista quiere desconectar, aunque solo sea un par de días, de la raqueta. Será el jueves, en Manacor, cuando empiece a preparar su participación en el torneo de Montecarlo. Dispondrá de diez días para adaptarse al cambio de superficie.

A su llegada a Palma, Toni Nadal, tío y entrenador del campeón de Manacor, explicó, en declaraciones a Ib3 Televisió, que ante el actual Djokovic poco se podía hacer. "En pista rápida es muy difícil ganarle si juega como lo hizo en la final", declaró el tío que, sin embargo, considera que llegar a la final en este tipo de superficie "se puede considerar un buen resultado" para su pupilo.

El balance de este comienzo de temporada es muy satisfactorio para Nadal, que suma dos títulos -Doha y Río de Janeiro- y dos finales -Australia, perdida ante Wawrinka por serios problemas en la espalda, y Miami-. El único lunar es la temprana eliminación en Indian Wells ante el ucraniano Dolgopolov, ante el que perdió por primera vez.