El Academia Octavio se agrieta por donde presumía de músculo. Las lesiones de Cerillo y Jabato dejan a los vigueses sin extremo izquierdo nato. El entrenador, Quique Domínguez, estudiará diversas opciones a lo largo de la semana. Ha de reconstruir la posición a marchas forzadas. El Barcelona B, líder incontestable, les espera el sábado en la ciudad deportiva Joan Gamper.

"Cosas del deporte y del azar", se resigna Quique. El extremo izquierdo era un puntal en su diseño. Tenía el flanco más potente de la categoría, de nivel Asobal, consolidado y diverso: Cerillo, extraordinario finalizador por fuera y buen defensor; Jabato, mejor en los movimientos hacia dentro, inmenso atrás, también como penúltimo. Pero el vigués ha dicho adiós a la temporada tras romperse la rodilla y el manchego estará en el dique seco varias semanas.

A Jabato un mal blocaje le retorció la muñeca ante el Torrelavega. El intenso dolor le hizo temer por una fractura. La lesión parece limitarse a un fuerte esguince. Sin embargo, el doctor Quirós, de Fátima, cree haberle detectado ayer en la resonancia la rotura de un pequeño ligamento. Jabato queda pendiente de nuevas pruebas y la consulta con un especialista de la mano. El pronóstico: entre dos y cuatro semanas de baja. "Soy optimista", comenta el jugador.

Ya que todos pensaron en lo peor, el diagnóstico alivia en cierto modo. "Dentro de lo malo, no tiene la gravedad que parecía", acepta Quique, aunque añade: "Pero es un contratiempo".

El técnico tiene que buscar soluciones, como mínimo, para la visita al Barcelona B y el recibimiento al Pozoblanco. En los entrenamientos de esta semana calibrará sus alternativas. De entrada, concibe varias: jugar con doble pivote, reconvertir a otro jugador como Manu Martínez, que Marcos González retome las rutinas de juventud... - incrementar la participación del juvenil Víctor León.

León, que ya ha ido acumulando minutos desde la lesión de Cerillo, ofrece la alternativa más natural. Es extremo izquierdo, si bien muy diferente a Jabato: pequeño, con una prodigiosa muñeca pero irregular, como corresponde a sus 17 años de edad. "Con el equipo juvenil es capaz de marcar doce de trece, como el otro día, o tener un porcentaje malo", informa Quique. "Tiene mucha calidad y le gusta exhibirla. Le gusta la filigrana, adornarse en exceso. Lo primero es buscar la efectividad". Jabato es precisamente el entrenador de León en el equipo juvenil. Coincide con el análisis de Quique. Intenta que su discípulo haga de la rosca un recurso en vez de una adicción. "Tiene que aprender. Pero confiamos mucho en él", matiza. Y Quique Domínguez refrenda: "Víctor cada vez se siente más cómodo entrenando con los mayores. A los jóvenes hay que darles tiempo y oportunidades, aunque sea por la lesión de un compañero".

El técnico pontevedrés debe manejar otras variables, como los cambios defensa-ataque. La polivalencia defensiva de Jabato facilitaba la tarea. "Es el aspecto que más me preocupa. Nos obliga a realizar un cambio más", señala Quique. Y en el próximo partido tiene claro que el tope debe ser de dos. "El Barcelona B corre mucho. Ataca rápido tras gol. Realizar tres sería un suicidio". Con todos esos elementos deberá cocinar la solución.