A sus 34 años, Couñago ha decido por fin establecerse en casa. Poco queda de aquel tímido chaval que despuntó en Casa Paco y con 13 años ingresó en la cantera del Celta. Cuando con 20 años conquistó (y fue máximo goleador) el Mundial sub 20 de Nigeria formando equipo con gente como Xavi Hernández, Iker Casillas o Carlos Marchena, nadie adivinaría los extraños derroteros que iba a tomar su carrera.

La falta de oportunidades en el Celta europeo de fin de siglo le llevó a Inglaterra, donde militó en dos etapas distintas, con un breve paso por el Málaga entremedias, en el Ipswich Town (donde dejó una profunda huella) y más tarde el Crystal Palace. Luego probó fortuna en el fútbol asiático, primero en Vietnam (Ng Tam Long An) y más tarde en China con un breve paso por el Kitchee SC de Hong Kong.

Desde julio pasado se encuentra sin equipo en Redondela entrenándose con el Choco que dirige su amigo de la infancia Jacobo Montes, que le ha convencido para vestir de rojo. "Tenía alguna opción para seguir jugando en Asia pero no me convencía demasiado. Ya tengo una edad, una familia (mujer y dos chicos pequeños) y no me apetecía demasiado volver allí", relata Couñago, que no obstante tardó algún tiempo en dar el placet al Choco. "Les pedí que esperaran a ver si llegaba alguna cosa convincente pero no ha llegado nada y he pensado que era un buen momento de disfrutar un poco del fútbol y de paso echar una mano al equipo de casa", precisa. Y agrega: "No sé si voy a estar en el Choco unos meses o cinco años, pero quiero disfrutarlo".

El artillero redondelano jugará sin cobrar un solo euro, por amistad y el placer de saborear del juego sin la presión que exige el fútbol profesional en el equipo representativo de la villa que lo vio nacer. "Prefiero que el Choco destine ese dinero a otras inversiones. Lo único que les he pedido es que, si aparece algo que pueda interesarme, tenga libertad para irme", explica.

El CD Choco ha tramitado esta semana la ficha federativa de Couñago y se espera que el delantero debute este domingo, a mediodía, en la cancha de Betanzos. "Es un refuerzo de lujo, todo un regalo para nosotros. Le estamos muy agradecidos porque es un futbolista que el Choco nunca podría pagar", confiesa Jacobo Montes, preparador del club redondelano y principal responsable de la decisión de vestirse esta temporada de rojo.

Couñago celebra de hecho compartir esta aventura con Montes. "Lo conozco desde muy pequeño, con tres o cuatro años. Vivía puerta con puerta con la casa de mis abuelos, que es donde yo me he criado, y estoy encantado de trabajar y vivir esta experiencia juntos" admite el artillero. Y añade: "Jacobo es un par de años mayor que yo y no pudimos coincidir. Cuando yo estaba en Casa Paco él jugaba en el Choco y luego, con trece años, me fui al Celta".

Después de vivir "cosas buenas y malas" en ligas de primera línea, como la española o la inglesa, y convertirse en pionero en el incipiente fútbol asiático, el delantero redondelano quiere, sobre todo, disfrutar del puro placer de jugar. "El fútbol profesional es muy distinto del aficionado, no hay esa presión por los resultados. En esta nueva etapa me propongo sobre todo disfrutar sin esta tremenda competencia, aunque naturalmente, como cualquier deportista, con la idea de ganar y, por supuesto de ayudar al Choco en todo lo que pueda", subraya.