El conjunto vigués ha decidido preparar sin testigos el encuentro del próximo sábado. En principio, el Celta sólo entrenaría a puerta cerrada el viernes, día previo del duelo ante el Granada y cuya sesión se celebraría en el estadio de Balaídos. Sin embargo, Luis Enrique no quiere dar pistas y su equipo también se entrenará a puerta cerrada esta tarde y mañana.

Los aficionados del Celta no se reencontrarán con los componentes del equipo vigués hasta el día del partido. No podrán ver, por ejemplo, con quién proba Luis Enrique como posible recambio del sancionado Borja Oubiña. El sustituto del capitán (salvo que Apelación le retire la amarilla) será un dilema hasta minutos antes del choque ante el Granada.