Un grupo de unos veinte celtistas comenzó ayer desde A Madroa el Camino de Santiago, cumpliendo así la promesa que habían efectuado en el último tramo de la temporada pasada, cuando las opciones de permanencia eran muy escasas en el caso del Celta, que necesitaba un milagro. Este grupo acudió ayer al entrenamiento matinal de la primera plantilla y presenció la sesión. En principio, llegarán a la capital gallega el sábado tras un recorrido en el que tratarán de parar en todas las sedes de peñas celtistas que se encuentren por el camino.