El suizo Roger Federer y la estadounidense Serena Williams iniciaron su participación en Roland Garros con contundentes victorias, en una jornada en la que dos españoles, David Ferrer y Roberto Bautista Agut, salieron airosos de sus partidos.

Federer impidió que uno de ellos, quizás el más prometedor, Pablo Carreño-Busta, marcase en su raqueta una de las muescas que todo jugador persigue, ganar al hombre que más Grand Slam lleva en su palmarés, pero el de Basilea le destrozó por 6-2, 6-2 y 6-3 en 80 minutos.

Empeñado en la conquista de su 18º título grande, Federer, campeón en 2009, aceptó jugar en la jornada del primer domingo, algo que hace años le hubiera molestado, pero salió complacido de su actuación ante Carreño, 166º del mundo, que viene de la fase previa y que en su primer compromiso en el cuadro grande de un Grand Slam apenas mostró el gran tenis que atesora.