Paços de Ferreira es un municipio portugués, conocido como "capital del mueble" y por sus fábricas de textil (allí confeccionaron el bañador que utilizó el nadador Michael Phelps en los Juegos). Ahora salta a la palestra internacional por la hazaña de su equipo, un reflejo de lo que sucedió la década pasada en Villarreal, que más o menos con la misma población también saboreó éxitos internacionales.

El presidente de la Cámara Municipal del municipio luso, Pedro Oliveira Pinto, no duda en afirmar que el Paços de Ferreira "es nuestra mejor tarjeta de visita". Lo que ha ocurrido con este humilde equipo es "un sueño que no fue soñado". Sabe que gracias al alto nivel de la competición futbolística que le espera, el nombre de esta localidad portuguesa de 56.000 habitantes "sonará" en toda Europa, con repercusión positiva en el ámbito del turismo, un potencial que quieren desarrollar y sumar a otras fuentes productivas de gran valor, como es la fábrica de Ikea, con 1.300 trabajadores, situada en el municipio. Oliveira Pinto avanzó la adecuación de un edificio, situado en el parque urbano de la ciudad, como centro de concentración para el club, a fin de que no tenga gastos de alojamiento.

Jugadores, directivos, técnicos y personal firmarán el próximo domingo en el Libro de Oro de la Cámara Municipal, recibirán la distinción como "ciudadanos de reconocido mérito" y la Medalla de Oro del municipio.