La vuelta de Tito Vilanova implica que Jordi Roura regrese a su vez al puesto se segundo entrenador. Roura ha sido el reemplazo en el banquillo azulgrana durante los dos últimos meses, en los que el Barcelona ha sufrido una eliminación en la Copa, ha superado los octavos de la Champions ante el Milan y ha mantenido de manera holgada el liderato en la Liga.

Los números de Roura enseñan una suma total de ocho victorias, dos empates y tres derrotas, con 32 goles a jugador -16 de ellos de Messi-, y 16 en contra. Pese a comenzar con fuerza, con goleadas ante Málaga en Copa y Osasuna en Liga, el Barcelona se desinfló en Milan, donde perdió 2-0, y más tarde en el doble enfrentamiento ante el Real Madrid: 1-3 en el Camp Nou y 2-1 días más tarde en el Bernabéu.

Así lo resumía Javier Mascherano, uno de los futbolistas más claros ante los medios: "Este equipo arrastra muchas cosas y en algún momento tenía que resentirse, no lo hizo tras el primer impacto de la enfermedad de Tito, pero con los días€ Estamos en una situación atípica, no la buscamos. Se nos enfermó el jefe, no está de vacaciones en Nueva York, no podemos hacer nada más que ayudarnos". Opinión que secundaba el propio Messi: "Hoy en día es importantísimo el técnico. Desde que no está Tito lo notamos.

Respetamos a Jordi Roura porque es nuestro entrenador y está intentando ayudar a conseguir todo, pero nuestro técnico era Tito y no tenerlo fue un golpe duro", decía a mediados de marzo.

Roura, conectado de forma constante vía telefónica con Vilanova, supo sostener el brío competitivo del Barcelona y, de la mano de un Messi que no ha bajado sus registros goleadores, aguantó las dudas que el siempre poderoso entorno azulgrana había empezado a fluir. Incluso ha tenido tiempo de asistir al empuje de la retomada conexión entre el argentino y Villa, autor de un tanto decisivo en la remontada contra el Milan (4-0), sin duda el mejor momento al frente del banquillo.