Querido Caito, después de una larga lucha a la que te enfrentaste de forma ejemplar, nos dejas físicamente, aunque todos tus amigos y directivos del Gran Peña F.C. sabemos que siempre vas a estar ahí, presente, junto a nosotros, a nuestro lado, ayudándonos.

Por tu edad, por tu empuje, por tu vitalidad, por tu familia, por tus amigos y por tu queridísimo Gran Peña, siento tu marcha con gran dolor y un enorme sufrimiento. Fuiste un gran compañero y un verdadero amigo de tus amigos, demostrándolo con lealtad y nobleza en cada instante. No sabes bien cuánto te vamos a echar de menos.

Te vas con el Gran Peña incrustado en tu corazón. Lo dirigiste con mucho acierto, rigor y sensatez durante muchos años. Con muy pocos medios económicos ascendiste al primer equipo a la Tercera División Nacional hace tan solo unas pocas temporadas.

A pesar de nuestra humildad económica y de nuestras muchas dificultades, el Gran Peña continúa siendo un club serio, cumplidor, respetado y muy querido en toda Galicia.

Gracias a tu gestión mucha gente nos sigue queriendo y respetando. Este legado, además de ser el más bonito, es el patrimonio más grande que nos dejas. Personalmente ha sido un gran honor disfrutar de tu amistad y trabajar codo con codo a tu lado por un Gran Peña digno, amado y repleto de señorío.

Sé también que en ese gran corazón azul y blanco te llevas clavada una dolorosa espina, que es la de no tener un campo propio en Barreiro, digno de la historia que tiene nuestro club a nivel gallego. Esa asignatura pendiente más tarde o más temprano intentaremos aprobarla para concederte el mejor de los regalos que podremos ofrecerte.

Recibe con todo el cariño del mundo el más fuerte de los abrazos.

* Vicepresidente del Gran Peña.