Buenas noticias desde tierras aragonesas. Zaragoza y Granada, rivales directos del Celta en la lucha por la permanencia, no logran distanciarse de la zona peligrosa de la tabla. El duelo se saldó con empate. No hubo goles. Hubo ocasiones por parte de ambos conjuntos, aunque el cuadro andaluz dispuso de la oportunidad más clara del choque. Ighalo, goleador en Balaídos, envió un disparo a la madera. Ahí estuvieron las opciones de Lucas Alcaraz para asaltar La Romareda y abrir brecha con el descenso.

Este resultado permite al Celta dormir fuera del pozo de la categoría si gana el viernes en Riazor. El clásico del fútbol gallego es determinante para el futuro inmediato tanto del equipo vigués como para su eterno rival. El Deportivo busca oxígeno. Necesita tres puntos que le permitan alimentar el sueño de la permanencia. Por su parte, los de Abel Resino siguen teniendo la permanencia a tiro. Ganar el derbi supondría meterse de lleno en la lucha por continuar en la máxima categoría y, además, supondría dar la estocada definitiva a un oponente directo en la lucha por la salvación.