Diego López visita Balaídos pero también juega en casa en cierto modo. Ya fue local cuando defendió a la selección gallega ante Camerún. Pero es otra cosa: Iria Otero, su mujer, natural de Arcade, lo liga a la comarca. Se casaron en Pontesampaio. Acuden a Vigo con frecuencia.

Otero protagoniza una polémica sonada en las redes sociales. Difieren en carácter. Diego López transmite serenidad. Jamás elevó la voz en lo peor de la tormenta sevillana. Iria, en cambio, se ha mostrado guerra.

Su último comentario en Twitter, tras el gran partido de su marido en Old Trafford, ha provocado controversia. "¿Seguís pensando que Diego es malo? En el sur sí. Me han matado a mensajes". Aclarará después que se dirigía al "guapo de Alvarado", voz reconocible hasta 2012 de la radio oficial del Sevilla, bloguero influyente y muy crítico con López. El intercambio de recados viene de antiguo y es largo, con sus respectivos partidarios y detractores.