El Porriño disfrutó de una nueva victoria en su pista después de haber roto en el choque ante el Kukullaga su gafe como local. Se esperaba un partido algo más igualado pero las alicantinas mediada la segunda parte sufrieron un importante bajón físico que el Porriño aprovechó gracias a la mayor profundidad y calidad de su banquillo, para hacerse con una cómoda victoria.

El inicio no fue demasiado bueno. El choque empezó muy frío y la defensa 6-0 planteada de inicio por Abel Estévez pronto tuvo que dejar paso a una 3-2-1 que pareció activar al fin a su equipo. De este modo, las locales parecían dispuestas a romper pronto el partido (10-7, min.20) pero, curiosamente, cuando gozaban de una superioridad numérica para conseguirlo, encajaron un parcial de 0-2 que revivía al Mar Alicante. De hecho, las visitantes incluso consiguieron ponerse por delante antes del intermedio (12-13) aunque el Porriño pudo marcar casi sobre el pitido final del primer tiempo para marcharse con ventaja al intermedio (14-13). La reanudación fue ya otra historia. El conjunto de Estévez mantenía la intensidad a pesar de las rotaciones mientras que las alicantinas empezaban a notar y mucho el cansancio (21-17, min.40; 24-18, min.45). Y cuando esa renta superó ya los cinco goles el partido resultó muy plácido.