Yago González pasó su niñez y adolescencia en A Madroa. Alcanzó el Celta B. Y allí empezó su peregrinaje: Águilas, Levante B, Terrassa, Zamora, Lugo y Pontevedra en dos etapas. Militaba en el cuadro granate. "A nivel deportivo las cosas me iban bien", recuerda. Sonó el teléfono el pasado mes de enero. "El Kitchee de Hong Kong", le soltó su representante. Sonaría descabellado en otra época. En la actual, a promesa alimenticia: "Era una oportunidad que no podía dejar escapar".

El buen aterrizaje estaba asegurado. Lo había reclamado el entrenador, Josep Gombau, con el que había coincidido en el Terrassa. Se reencontró con otro compañero de esa etapa, Jordi Tardes. En la plantilla figuran otros dos gallegos, a los que se había enfrentado en numerosas ocasiones: el coruñés Daniel Cancela y el también vigués Roberto Losada, premonitoriamente apodado "Chino" desde niño y en Hong Kong desde 2010. Confirma: "En el vestuario me han aceptado muy bien".

Su aclimatación a la megaurbe ha sido perfecta. "La ciudad es espectacular. El clima, las costumbres o la comida son muy diferentes, pero a todo se adapta uno. Estoy disfrutando". El idioma no supone un problema. El inglés es el segundo idioma en este reducto capitalista de China; un país, dos sistemas.

Los especialistas proclaman precisamente que China es la gran triunfadora en la crisis mundial. Compra la deuda europea. Su economía crece. A nivel futbolístico, "los clubes funcionan. El día 1 de cada mes tienes tu sueldo. Supone una tranquilidad enorme. En España, al menos en Segunda B y Tercera, es difícil encontrar a alguien que cumpla. Los futbolistas, a ese nivel, somos como un trabajador más. Vivimos al día. Pero te deben cinco o seis meses y parece que no pase nada. El fútbol en España se está muriendo".

Como con aquellos viajeros que partían desde la estación marítima, Yago González abre camino en soledad. Ha dejado en Vigo a su mujer, María, que "estaba trabajando con un contrato de seis meses. Tal y como están las cosas...". Con ella, sus dos hijos, de seis y tres años. Las nuevas tecnologías le permiten un contacto constante, aunque no consuele. "La distancia es lo que peor se lleva". Sí lo ha acompañado su hermano Hugo. "Llevamos una vida muy tranquila", describe.

Recibió hace poco la visita de la esposa y el primogénito. Su idea es que toda la familia se traslade a Hong Kong si el club le renueva el contrato, que concluye el 30 de mayo. Hay buenas perspectivas. El Kitchee vive una época dorada. Acaba de ganar la Copa de la Liga. Es líder liguero a falta de dos jornadas. Está en semifinales de la FA Cup. Y lidera su grupo en la AFC Cup, asimilable a la Liga Europa asiática. "Si el club quiere, me quedo", establece.

El fútbol que ha conocido le motiva. Juega habitualmente en estadios con 5.000 o 6.000 asientos de aforo. Los aficionados "no son enfermos del fútbol, pero siguen la competición". Y el nivel de juego "sería medio alto en la Segunda B española". Confirma tópicos y a la vez los matiza: "Es cierto que los jugadores chinos son muy disciplinados. Pero en mi equipo hay gente con buen nivel técnico y atrevimiento".

Quedarse tendría un premio especial: un amistoso contra el Arsenal el 29 de junio, ante 45.000 hinchas, en el Hong Kong Stadium. Fiesta puntual. Lo que cuenta, insiste, es la certeza de que la nómina será ingresada con puntualidad: La conclusión es tajante: "Recomiendo a cualquier jugador que tenga esta posibilidad que lo pruebe".

De la aventura exótica a la solución laboral

El futbolista español, renuente por tradición a cruzar las fronteras, empezó a mudarse hace algunos años. La liberalización de las normativas se lo permitió. Las ofertas atractivas de otros países lo tentaron. Era al principio un camino para jugadores de alto nivel, algunos quizás en el ocaso de sus carreras, y habitualmente con destino a competiciones de prestigio. Pero la crisis ha ampliado el perfil de los emigrantes. El empobrecimiento de la clase profesional media y baja incentiva la aventura en ligas antes consideradas exóticas. Varios excélticos prueban fortuna. Pablo Couñago ficha por el Dong Tam Long An vietnamita. Jonathan Aspas juega en el Alki Larnaca, su segundo equipo en el torneo chipriota. También en la isla mediterránea reside Iago Bouzón, que milita en el Omonia Nicosia. La lista crece imparable.