Nueve partidos le restan al Celta para concluir la temporada, en los que están en juego un total de 27 puntos. De conseguir un pleno, los celestes concluirían la Liga con 89 puntos. Esa efectividad es la que busca el equipo vigués después de caer derrotado el sábado en Alicante. El tropiezo ante el Hércules le ha llevado a alejarse cinco puntos del segundo puesto, en el que se afianza el Valladolid, con 67, aunque con un partido más que los célticos. Éstos, si ganan el que tienen pendiente de finalizar en Cartagena –el 8 de mayo–, pueden situarse a dos de distancia de los pucelanos. En todo caso, ya no dependen de si mismos los de Herrera para regresar a Primera División. Esa ventaja la han dejado escapar después de protagonizar un último mes muy irregular, en el que han sumado 4 puntos, de 15 posibles, mientras que los vallisoletanos contabilizan 16 de 19.

El comportamiento de uno y otro equipo resulta muy diferente, pero los célticos esperan que cambien las dinámicas. Es más, consideran que cuentan con un calendario favorable para cumplir el reto. De aquí a junio, les esperan Barcelona B, Alcorcón, Alcoyano, Xerez, Córdoba –en Balaídos–, Sabadell, Cartagena (31 minutos restan con un marcador de 1-1), Guadalajara y Nástic –a domicilio–. El vestuario trata de rearmarse anímicamente realizando cálculos, pero teniendo en cuenta que el anhelado premio se presenta mucho más difícil ahora que hace un mes porque el equipo castellano se ha cruzado en el camino.

"El ascenso directo se complica porque el Valladolid está muy fuerte y no está fallando, pero aún así ese objetivo está en nuestras manos porque sé que ellos van a fallar. Ganando todo estaremos en Primera División seguro", proclamó ayer Paco Herrera al regresar a Vigo. El técnico del Celta rechaza que se compare la situación actual con la vivida la temporada pasada por estas fechas, cuando el equipo vigués se precipitó desde el liderato hasta la sexta posición.

El mensaje del entrenador ha calado en el vestuario, pues pesos pesados del equipo como Borja Oubiña hablan en parecidos términos: "Ahora ya no dependemos de nosotros mismos, pero tenemos que seguir peleando hasta el final. En teoría, si ganamos todos los partidos que faltan ascenderemos directo", indica el capitán.

Al pleno de victorias se sumaba Mario Bermejo nada más finalizar el partido en el Rico Pérez. Argumentos no le faltan, porque el equipo de Herrera rozó ese registro entre enero y marzo, cuando en nueve partidos consecutivos fue capaz de sumar ocho victorias y un empate. Es más, en esta temporada ha logrado una racha de trece jornadas sin perder, de las que solamente en dos cedió sendos empates.

"Ahora no tenemos derecho a quedarnos en el suelo, hay que levantarse ya porque el sábado tenemos otro partido muy importante", insiste el entrenador céltico ante el compromiso más inmediato: el Barcelona B, que dirige Eusebio Sacristán. El filial azulgrana llega a Vigo con 50 puntos, en octava posición, después de vencer ayer al Murcia.

El Valladolid, por su parte, recibe al Cartagena en Zorrilla, en la que puede ser una de las últimas oportunidades de los murcianos para evitar el descenso, que ahora tiene a una distancia de 13 puntos. En este caso, el triunfo de los vallisoletanos podría beneficiar indirectamente al Celta, que después de visitar al Sabadell tendrá que trasladarse a Cartagena para disputar los 31 minutos que restan del partido aplazado hace quince días. Es probable que los de Herrera se encuentren en Cartagonova con un equipo ya descendido a Segunda B, con lo que le resultaría quizás más cómodo sumar los tres puntos en juego. Con ellos, la distancia con los pucelanos se reduciría a dos puntos, con el golaverage a favor de los célticos. Herrera y sus jugadores hacen cuentas.