Jorge García Lloria jugó el pasado sábado su último partido de Primera Nacional con el Paraxe Construcciones Chapela. El guardameta vigués, que llegó al Chapela en el mercado invernal tras la desaparición del Toledo Balonmano, volverá a cambiar de camiseta para vestir la del Academia Octavio, que hace unos días rompía el contrato con el argentino Maciel que regresó a su país para fichar por River Plate.

La marcha de Lloria –el jugador tenía en su poder la baja del cuadro chapeleiro desde el día de su fichaje– supone un duro contratiempo para el Paraxe cuando está luchando por entrar en la liguilla de ascenso a la División de Honor Plata. "La marcha de Lloria nos rompe la plantilla ya que nos quedamos sin una pieza clave del equipo y con poco margen de maniobra para fichar un recambio de garantías", apunta el presidente del club chapeleiro, Manuel González Soto.

El dirigente está molesto con el comportamiento del club vecino. "Sobre la actuación del jugador no tenemos nada que decir, solamente agradecerle su trabajo e implicación con el equipo en todo momento. No estamos tan contentos con la actuación que ha tenido el Octavio, que en ningún momento se ha puesto en contacto con el Chapela para informarnos de sus pretensiones. Es más, el jugador a punto estuvo de no jugar este sábado frente al Zamora ya que querían llevarlo a jugar la Copa del Rey", apunta.

El Octavio, en principio, se había planteado cubrir la marcha de Maciel alternando como suplentes de Xabi Díaz a los canteranos Chantada y Edu. Lloria vivirá su segunda etapa en el club académico, en el que se formó desde la categoría cadete y en el que fue, durante dos temporadas, suplente de Pasqui en el primer equipo.