El fútbol puede ser tan avaro como generoso. Lo que te quita por un lado, te lo da por otro. Y de eso puede hablar Mateo Míguez, quien el verano pasado sufrió la amargura de tener que abandonar el club donde se formó, sin apenas disfrutar de oportunidades para poder triunfar, y ayer recibió una de las buenas noticias por las que merece la pena tanto sacrificio. El Celta renunció a renovarle el contrato y el centrocampista redondelano tuvo que emigrar. Fue acogido en tierras bercianas, donde disfruta de un comienzo de temporada magnífico con la Ponferradina, que ayer se vio coronado con el emparejamiento con el Real Madrid en la Copa del Rey. Mateo no solamente tendrá la oportunidad de enfrentarse a estrellas mundiales como Ronaldo, Casillas, Xabi Alonso u Ozil. También se le presenta la ocasión de jugar en el Santiago Bernabéu, uno de los más grandiosos escenarios del fútbol.

El cambio de vida le ha sentado bien al redondelano, quien asegura sentirse muy cómodo en Ponferrada, una tierra fronteriza, que añora al vecino gallego intentando reproducir su habla. El club incluso le ha ofrecido un lugar muy confortable para vivir, en la nueva zona residencial próxima al estadio del Toralín.

"Las cosas me están saliendo bien y estoy muy contento con la ciudad y con todo", apunta el jugador de Redondela, de 24 años, que suma cinco goles en lo que va de temporada con la Ponferradina. Los tres últimos los logró de una tacada, el fin de semana pasado, en el enfrentamiento ante el Lemona. Es pichichi en Segunda B.

Ayer compartió la alegría que en la ciudad castellano-leonesa dejó el sorteo de Copa: "El Madrid es el premio gordo aquí, para la afición y para todos". Y se imagina ya el equipo que elegirá Mourinho para superar esta eliminatoria. "No llevará seguramente a todas las estrellas, pero sí a bastantes, como hizo el año pasado. Si fuese el Barça, quizás vendría con más canteranos, pero el Madrid traerá un equipo competitivo. Ahora le está costando ganar al Barça y este es un título importante, como ya demostró el año pasado, y creo que luchará por él hasta el final".

Mateo es consciente de lo que se le viene encima cuando el 13 de diciembre el Real Madrid se presente en El Toralín: "A todo el mundo le hace ilusión jugar ante un rival así, con el campo lleno, que la afición venga con muchas ganas... Y después, jugar en el Bernabéu. Creo que para un futbolista es un premio especial. Y todavía más para nosotros, que somos un equipo humilde de Segunda B".

En Vigo le dejaron marchar porque no entraba en los planes del primer equipo. Con la baja en el bolsillo, estudió varias ofertas, entre ellas la del Lugo. Finalmente se decantó por la Ponferradina, que ha intentado construir un equipo con garantías de poder retornar a Segunda División. Y en el Bierzo, ha vuelto a demostrar su clase y su efectividad en el remate. Mateo disfruta con el fútbol en Ponferrada y pronto lo hará en el Bernabéu.