Javier Rodríguez heredó de su padre la presidencia del Academia Octavio y regenta el club desde hace treinta años a su modo, genial e impredecible. Hace una década que contrató como entrenador a Quique Domínguez, tenaz y sólido, su perfil ideal por antagónico. El contraste es la clave de su química, una oposición que va de lo sustancial a lo menudo. Ni en el análisis liguero se ponen de acuerdo. Rodríguez, atrevido, entiende que la pelea por la primera posición de la División de Honor B ha quedado reducida al mano a mano con el Obearagón; Domínguez, cauto, advierte: "Quedan muchos partidos y a los dos equipos nos esperan salidas complicadas". Tan sólo coinciden en que el Pilotes ha llegado a este punto del camino con buena nota.

Javier Rodríguez y Quique Domínguez se complementan. Cada uno posee su propio territorio. El técnico, por ejemplo, se niega a aventurar cuántos puntos serán necesarios para ascender. "Yo soy de letras. Los números se los dejo al presidente, que nunca falla", explica el pontevedrés. Y el presidente, evidente experto en contabilidad, vicioso de los pronósticos, no se demora un instante en fijar la cifra: "El ascenso directo estará en 49 puntos".

Maneja Rodríguez teoría, práctica y precedentes para defender sus cálculos. "Los últimos ascensos siempre han estado por debajo de los 50 puntos, salvo una temporada, en la que el primero sumó 51. Hubiera necesitado menos. El segundo se había quedado con 43. Nosotros, con 43 precisamente, ascendimos un año".

El primer puesto es el atajo directo hacia la Liga Asobal. El segundo billete se ventilará en una "final a cuatro" que disputarán del segundo al quinto clasificado. Este premio de consolación lo tiene el Pilotes Posada prácticamente asegurado. Casi coinciden presidente y entrenador en esto. "Para quedarnos fuera del play off mucho se tendría que torcer la cosa", admite Domínguez y es todo el riesgo que se consiente. Rodríguez vuelve a apuntalar su discurso con datos: "Para disputar el play off nos llega con ganar los partidos de casa. Es más, ganando los partidos de casa (ocho de los catorce encuentros que restan) es prácticamente seguro que seremos primeros".

Ambos están muy pendientes de las novedades que se producen entre sus rivales directos. La lesión de Dasilva en el Teucro y la de Doder en el Frigoríficos son "muy importantes", valora Quique. "Dependen mucho de cuándo podrán recuperarlos". También él tiene jaquecas con las dolencias de Fran González y Rubén Montávez. El asturiano no conocerá el resultado de la ecografía hasta el jueves aunque el hombro le duele menos. El barcelonés, en el sube-baja de su rodilla, pudo trabajar ayer con normalidad. González, en cualquier caso, no jugará este sábado en Navia contra el Almoradí; Montávez dispondrá de minutos para entonarse si la articulación se lo permite. La victoria, aunque sin confianzas, debiera caer del lado académico. El Almoradí es el colista.

Y es una jornada importante, avisa Javier Rodríguez, para abrir brecha. Obearagón y Anaitasuna se miden entre ellos; Frigo y Teucro tienen salidas complicadas a Santander y Badajoz, respectivamente. Si los resultados se combinan de la forma adecuada, el Octavio podría obtener un colchón de seguridad con el que afrontar la dura tanda que le llega después: Anaitasuna, Pozoblanco y los dos derbis. En todo caso, Javier Rodríguez está satisfecho: "El equipo está en estos momentos por encima de lo previsto. Su trayectoria es inmaculada. Sólo ha caído con el segundo y con el tercero. No ha pinchado con otros. Y no ha cedido un solo punto en casa, que es donde se conquistan los ascensos".