Un Sporting de Gijón en racha, tras dos victorias consecutivas, y que este año ha cambiado su imagen en El Molinón, donde no ha perdido ningún partido, examina la reacción del Real Madrid de Manuel Pellegrini, a quien se comienza a mirar con lupa tras las derrotas ante Sevilla y Milán. El Molinón, lleno a rebosar, será una nueva prueba exigente para un Real Madrid plagado de bajas en su delantera, que llega a Gijón sin Cristiano Ronaldo, Benzema, Higuaín y Van Nistelrooy.

Séptimo en la clasificación liguera, el entrenador del Sporting, Manolo Preciado, confiará en el mismo equipo que venció en San Mamés. "Si las cosas van bien no hay por qué hacer cambios", asegura el técnico. Imprimir mucho ritmo al encuentro y disputar la posesión del balón al Real Madrid son dos de las claves que maneja Preciado.

El Molinón registrará un lleno absoluto a pesar del precio de las localidades, las más caras en la historia del club, y de que los abonados tengan que pagar un suplemento de 30 euros para presenciar la visita de un Real Madrid que necesita ganar para hacer olvidar su mala imagen en su última salida del Bernabéu, en Sevilla, y la derrota europea ante el Milán.

Esas dos derrotas marcan el presente de Manuel Pellegrini, con su puesto asegurado pero consciente del enfado de Florentino Pérez y la falta de estilo de su equipo.

Está obligado a cambiar su dibujo táctico por las circunstancias. Sufre Pellegrini una auténtica plaga de lesiones, que se ceban para Gijón en la delantera. Sólo tiene sano a Raúl González y se verá obligado a adelantar la posición del brasileño Kaká, como segunda punta.