Como es lógico, serán los resultados deportivos que se den en el campo los que vayan estableciendo cuáles de los 16 equipos que están clasificados para la fase final se mantienen en la competición.

Pero dentro del mundo de la NBA para nadie es un secreto que lo que realmente vende y hace negocio no es precisamente lo bien que pueda jugar un equipo, sino que dentro del mismo haya una gran figura.

Eso es lo que en estos momentos ofrecen los Cavaliers, en la Conferencia Este, y los Lakers, en la del Oeste, con las figuras individuales más mediáticas de la liga y también en poder de las mejores estadísticas.

Ambos equipos concluyeron la temporada regular con las dos mejores marcas y con el interrogante de saber a quién de sus figuras le van a dar el premio de Jugador Más Valioso (MVP).

James es que mejor está posicionado después de guiar a los Cavaliers a tener la mejor temporada de la historia del equipo, al batir varias marcas de equipo, incluida la de mayor números de triunfos con 66 y de 39 en su campo del Quicken Loans Arena.

A nivel individual, James también le lleva ventaja a Bryant con promedios de 28,4 puntos; 7,6 rebotes y 7,2 asistencias por partido, todas ellas las mejores del equipo.

La desventaja de James con relación a los Bryant es que su equipo juega en la Conferencia Este, donde no hay el nivel de calidad que existe en la del Oeste.

El ejemplo más claro es que los Suns de Phoenix con marca ganadora de 46-36 no han podido entrar entre los ocho mejores equipos del Oeste y en el Este los Pistons, rivales de los Cavaliers en la primera ronda, han llegado con 39-43 y hasta el quinto clasificado, los Heat de Miami, se quedaron con 43-39.

Las lesiones que han sufrido jugadores claves de los actuales campeones de liga, los Celtics de Boston, especialmente la del alero Kevin Garnett, que será baja también para la fase final, también hicieron posible que James y los Cavaliers lo tuviesen más fácil.

Sin embargo, cuando se enfrentaron a los Lakers, en los dos partidos que ambos equipos disputaron, fueron superados con facilidad por los Lakers y Bryant le ganó los duelos individuales, mientras que a nivel de equipo el angelino fue muy superior.

De ahí que la NBA tenga cruzados los dedos para ver qué sucede con la primera eliminatoria de los Cavaliers contra los Pistons, que disputarán al mejor de siete.

Será el tercer duelo en la fase final entre ambos equipos en los últimos cuatro años, con reparto de triunfos: mientras que los Pistons los ganaron en las semifinales del 2006, se vengaron en las finales del 2007 con el memorable quinto partido de James, que tendrá que seguir por el mismo camino.

Los Cavaliers han demostrado que sin James en plenitud en partido ante rivales ganadores no tienen recursos ni capacidad para ser mejores, algo que los Celtics sí han demostrado, a pesar de tener la baja de Garnett por 25 partidos.

Todo lo contrario de lo que sucede con los Lakers, donde Bryant con promedios de 26,8 puntos; 5,2 rebotes y 4,9 asistencias, es el líder de los encestadores, pero el ala-pívot español Pau Gasol ha sido su lugarteniente perfecto.

Especialmente cuando los Lakers perdieron, por lesión, a un hombre alto imprescindible en el cinco titular, el pívot Andrew Bynum, baja por lesión desde el pasado 31 de enero y hasta los últimos cinco partidos de la temporada regular.

Gasol ha sido el mejor defensor con 9,60 rebotes y el segundo máximo encestador con 18,9 puntos de promedio, lo que significa que los Lakers, como equipo, son mucho más que Bryant y que pueden permitirse el lujo de ganar partidos importantes sin que su estrella tenga el máximo de inspiración.

Al igual que los Cavaliers, los Lakers (65-17) llegan de favoritos a revalidar el título de campeones de la Conferencia Oeste, pero antes tendrán que superar en la primera ronda nada menos que a los Jazz de Utah, un equipo que puede complicarle la vida al mejor de la NBA.

La gran incógnita es si el bajón que han tenido los Jazz en los últimos 15 partidos de la temporada regular va a seguir cuando empiecen su eliminatoria frente a los Lakers y vuelven a ser los ganadores de siempre bajo la dirección de Jerry Sloan.

La esperanza para los directivos de la NBA es que las mejores versiones de los Pistons y los Jazz no hagan acto de presencia en las primeras eliminatorias porque podrían transformar el inicio del camino a las Finales "soñadas" en un auténtica pesadilla.