A mediados de agosto, durante la puesta de largo del equipo en Balaídos, Borja Oubiña fue el elegido para representar a la plantilla ante la afición. El club pensó en el medio centro vigués por su peso futbolístico y antigüedad, pero sobre todo por su condición de símbolo del celtismo en una doble vertiente: la de jugador franquicia (y todavía más valioso activo) y genuino producto de la casa.

Un acto simbólico que no tuvo continuidad unas semanas más tarde por una razón práctica. Oubiña se recuperaba de una grave y complicada lesión de rodilla sin plazo de reaparición y no podía ejercer la capitanía sobre el terreno de juego. Murcia pensó que, por experiencia y antigüedad en la casa, el futbolista idóneo para lucir el brazalete de capitán era Juan Manuel Peña, de 36 años. Le otorgó los galones e impuso como segundo capitán a Rubén González. No se eligió a nadie más, a pesar de que tradicionalmente son cuatro los futbolistas que actúan como representantes del plantel.

Tanto el boliviano como el compostelano contaban con las bendiciones del club, que siempre ha destacado su elevado grado de implicación sobre el campo tras dos campañas en que las más de la mitad del plantel ha estado permanentemente bajo sospecha. Peña y Rubén, fueron, de hecho, los dos únicos futbolistas ajenos a la cantera que sobrevivieron a la criba del pasado mes de junio. Se les consideraba, por tanto, los hombres ideales para ejercer el mando en una plantilla completamente remozada y ajena a los problemas que en las dos campañas anteriores convirtieron el vestuario celeste en una jaula de grillos.

Y no hay previsión de cambios, al menos de momento. Ni Peña ni Rubén ponen reparos a ceder el brazalete Oubiña una vez que éste recupere la titularidad, si bien el compostelano aclara que la decisión final va a depender exclusivamente del entrenador.

Rubén subraya, además, que se trata de una cuestión secundaria y que en estos momentos la prioridad debe ser que Oubiña se restablezca plenamente de su lesión. El parte médico recomienda, de hecho, que el medio centro canterano limite de momento el tiempo de participación en los partidos, con lo que es difícil que se le vea jugando de inicio antes del mes de enero. Por otra parte, una de las misiones de los capitanes es representar a la plantilla frente al club en la negociación de las primas algo que no se va a producir esta temporada. Con el club en proceso concursal los incentivos se han pactado por contrato de forma individual.