En un principio, el club esperaba disponer de las llaves mañana, pero se han producido algunas variaciones en la obra que han implicado un ligero retraso -situaciones como la huelga de transportistas o algunos cambios para adaptar al estadio a las exigencias actuales son algunos de los motivos de la demora-.

Actualmente, el estadio está edificado entre un 85 y 90% del total, por lo que las principales labores de los operarios son la colocación de asientos en la grada baja y la finalización de los vestuarios, así como de las diferentes instalaciones (luz, aire acondicionado, etc.).

Por lo que se refiere a la fachada del estadio, ya se ha completado el 70%, mientras que la colocación de las placas fotovoltaicas que se ubicarán encima de la cubierta y exclusivamente en la zona que corresponde a los goles se iniciará más adelante.

Una vez se termine la fase actual de las obras, los esfuerzos se trasladarán al terreno de juego, pues está previsto que comiencen de inmediato los trabajos de drenaje y similares y, según las previsiones, la colocación del césped sería hacia mediados de diciembre, un proceso que se prolongará durante un mes y medio.

Una vez la constructora complete la obra, el Espanyol debe tramitar dos licencias para poder jugar sus partidos: primero la de ocupación y, posteriormente, otra para poder desarrollar la actividad, proceso que puede durar entre dos y tres meses.

Entonces el Espanyol comenzará a llenar su espacio con la instalación de muebles, luces y conexión eléctrica, se acondicionarán las oficinas y se pulirán y acabarán de perfilar todos los últimos detalles.

Por lo tanto, el campo podría comenzar a utilizarse para jugar a fútbol entre los meses de marzo y abril. El club ya informó de que espera celebrar un partido de inauguración ante el Liverpool, aunque todavía no ha desvelado cuál es la fecha escogida para el acontecimiento.

Uno de los grandes atractivos del nuevo estadio para el Espanyol es que el club podrá obtener ingresos extra gracias a la explotación de diversas actividades, que le pueden reportar entre 6 y 8 millones.

Otra fuente de ingresos son los Palcos Vip. En un principio, se destinaron 940 localidades, aunque al final prácticamente se han doblado, y serán 1.800, con diferentes cuotas y sectores, y el club ya se ha asegurado dos millones y confía en alcanzar los cinco durante la segunda temporada.

Asimismo, el estadio dispone de zonas internas que pueden ser alquiladas para llevar a cabo convenciones, reuniones o actividades similares, otra vía de ingresos que el club espera explotar con el nuevo estadio, así como los restaurantes o bares previstos.

Otro frente abierto es la búsqueda de un patrocinador que ponga su nombre al estadio. A pesar de los esfuerzos del club, aún no se ha llegado a un acuerdo, pero el nombre del estadio deberá decidirse en los próximos meses.

Cornellà-El Prat tendrá una capacidad para 40.000 espectadores, de los cuales el 91,5% tendrá una localidad cubierta. La escasa separación entre el terreno de juego y el inicio de la grada baja confieren al estadio un aspecto muy cerrado y próximo al futbolista.

El mayor problema del nuevo estadio serán los accesos, y aunque desde el club se está instando al uso del transporte público, los inconvenientes vienen dados por el retraso en la construcción de una gigantesca rotonda cerca de la Ronda del Litoral de Barcelona.

El presupuesto total de la obra ronda los 60 millones, de los cuales el club paga entre 18 y 22 millones. Cornellà-El Prat entra en la recta final, aunque todavía no se ha aclarado si esta temporada el equipo jugará de manera oficial en el nuevo estadio.

Ésta es una de las grandes incógnitas.