Francisco Ávila / Basilea

La selección alemana, la competitividad y la fiabilidad por bandera, busca hoy su sexta final de una Eurocopa y lo tiene todo para conseguirlo frente al mermado equipo de Fatih Terim, que precisa de un cuarto milagro para seguir haciendo historia.

Los alemanes, la síntesis del fútbol fiable, son los máximos favoritos a estar en la final de Viena. El equipo de Joachim Low se desperezó cuando le requirieron las exigencias y lo hizo a lo grande, derrotando a Portugal (3-2), en una exhibición no de fútbol, sino de gasto físico y de máximo aprovechamiento de las jugadas de estrategia.

Alemania ha mejorado partido a partido, después de una dubitativa primera fase, en la que finalizó segundo de su grupo -por detrás de Croacia-. La fuerza que le da Michael Ballack es fundamental para la suerte del equipo de Low. El jugador del Chelsea aguanta en el centro del campo y es uno de los jugadores con mayor llegada del equipo.

Ballack es el paradigma de un equipo creado, no tanto para jugar bien al fútbol, como para ganar. Los alemanes afrontarán mañana su sexta semifinal de la máxima competición europea de selecciones, con un espectacular balance: 4 victorias y una derrota.

Ganó en las de 1972 (Bélgica 2-1), 1976 (Yugoslavia, 4-2), 1992 (Suecia, 3-2) y 1996 (Inglaterra 1-1 (pen). La única que perdió fue en 1988, precisamente cuando jugó en casa ante Holanda (1-2), que después fue la campeona.

Alemania ha levantado el trofeo en tres ocasiones (1972, 1980 y 1996), después de haber jugado dos finales más (1976 y 1992). La primera la perdió en la tanda de penaltis, con el checo Panenka como innovador en los lanzamientos, la segunda frente al increíble conjunto danés, que tuvo que concentrar a sus jugadores deprisa y corriendo, después de la expulsión de Yugoslavia.

Frente a los turcos, Alemania podría alinear al mismo equipo que derrotó a Portugal con una única variación, la entrada de Frings por Hitzlsperger. El centrocampista del Werder Bremen tiene muchas posibilidades de volver al equipo titular.

Los turcos esperan su cuarto milagro en esta competición. Después de ganar sobre la campana a Suiza y República Checa, así como a Croacia en los penaltis, ahora afrontan un salto sin red, porque a la dificultad de medirse a Alemania se encuentran las nueve bajas que lastran sus posibilidades.