Esta es la segunda operación a que se somete Tiger en las últimas diez semanas y en la misma rodilla, aunque en esta ocasión se tratase del ligamento cruzado anterior.

Los doctores que operaron al mejor golfista del mundo han asegurado que no hubo "sorpresas" durante la intervención y que con la rehabilitación apropiada y el entrenamiento será "sumamente improbablemente" que afecte en alguna medida a su carrera deportiva.

No obstante, Tiger no volverá a competir para lo que queda de temporada, incluidos los dos torneos de Grand Slam aún por disputarse (Open Británico y US PGA) y la Ryder Cup del mes de septiembre.

"Trabajaré duramente en mi rehabilitación durante los próximos meses para regresar en plenitud física el año próximo", aseguró Tiger.

El número uno del mundo disputó con severas molestias en la rodilla el citado Abierto estadounidense, su primer torneo en dos meses después de la última intervención en la rodilla izquierda.

Tiger ganó el torneo, el segundo "Grande" de la temporada, tras disputar 91 hoyos en cinco jornadas, y en un desempate frente a su compatriota Rocco Mediate.

La prolongación del torneo le supuso a Tiger, además, una fractura por estrés en la tibia izquierda.

Con esta última operación son cuatro las sufridas por Tiger en esa misma rodilla. En 1994 se le extirpó un tumor benigno y en 2002 un quiste, más la artroscopia tras el Masters de Augusta en abril y esta última efectuada en Park City, Utah.