Suiza y Portugal se miden mañana en la tercera y última jornada del Grupo A de la Eurocopa en un duelo sin trascendencia en la clasificación y en el que los suizos se juegan el orgullo ante un rival que quiere mantener su condición de invicto.

Tras una decepcionante temprana eliminación en el torneo, a los anfitriones tan sólo les queda el objetivo de luchar por sumar la que sería la primera victoria del equipo helvético en la historia de la Eurocopa y ofrecer, al menos, una victoria a su afición.

De hecho, Suiza presenta, entre las tres Eurocopas en las que ha participado -Inglaterra'96, Portugal'04 y Austria-Suiza'08-, un balance de dos empates y seis derrotas en ocho partidos.

Ante los portugueses, Suiza no podrá contar con Eren Derdiyok, Alexander Frei y Marco Streller, todos ellos lesionados en las dos primeras jornadas de un torneo aciago para el equipo que dirige Kobi Kuhn.

Precisamente el partido de hoy será el último que dirige a ala selección helvética el veterano técnico suizo tras siete años en el cargo, ya que a partir del 1 de julio el puesto pasará a ocuparlo el alemán Ottmar Hitzfeld.

La situación del rival que tendrán enfrente los suizos es diametralmente opuesta, después de que a Portugal le haya sobrado el último partido del grupo, puesto que tras las dos primeras jornadas se ha adjudicado la primera plaza en propiedad.

La actualidad del equipo de Luiz Felipe Scolari ha estado centrada en el fichaje del entrenador brasileño por el Chelsea inglés, y apenas se ha hablado de un partido que servirá al combinado luso para poco más que para hacer pruebas en el equipo.

Ante la carga de partidos que llevan los jugadores en la recta final de la temporada y para evitar lesiones en jugadores claves en un partido intrascendente, Scolari realizará cambios sustanciales en un equipo que formó de inicio con los mismos once futbolistas en los partidos de la primera y segunda jornada, ante Turquía y la República Checa, respectivamente, y casi segura la ausencia de Cristiano Ronaldo.

Pese a todo, los jugadores de los que disponga Scolari afrontan el choque como una ocasión de reivindicar su calidad en un escenario inmejorable, como es una Eurocopa, ya que además saben como castiga el entrenador brasileño la falta de intensidad y de compromiso.

Pero además de estos alicientes, el partido cuenta con pocos más, ya que Suiza seguirá siendo última tras el partido con cualquier resultado que se dé, del mismo modo que Portugal seguirá como líder inamovible del grupo pese a una derrota.