El Celta apostará por la identidad como una de las claves de su próximo proyecto en Segunda. Es un empeño que embarca a diferentes departamentos del club y que puede incluir la contratación de valores gallegos que hoy juegan más allá del `Telón de Grelos´. El mercado, en perspectiva, ofrece algunas posibilidades interesantes.

La maquinaria celeste, a diferencia de los últimos años, ya conoce con qué vectores debe trabajar: en Segunda, con el ascenso nuevamente como objetivo y una disponibilidad económica muy limitada.

Esta antelación ayuda, aunque sólo para delimitar productos. El director deportivo, Ramón Martínez, ha ido completando su agenda durante toda la temporada, aplicando dos hipótesis. Descartado el plan A, que se correspondía con el regreso a Primera, Martínez ya puede centrarse en la adquisición de los mimbres necesarios para el segundo asalto.

El calendario, no obstante, limita su capacidad de acción al sondeo. La bolsa futbolística está paralizada. Todo el mundo emplaza al director deportivo celeste a la resolución de la campaña. El trabajo de estos días le concede sobre todo ventaja sobre los competidores directos cuando se inicie el verano.

Martínez ha modificado el perfil de los futbolistas a los que enrolar. Voces autorizadas del vestuario como Rubén, de los pocos cuya continuidad está asegurada, le reclaman refuerzos más corajudos, disciplinados en lo táctico y poderosos en lo físico, aunque la reserva de talento de la plantilla se reduzca. Futbolistas sin nombre, con experiencia en la categoría. Es una de las prioridades.

La otra contempla el factor gallego. Y por razones que exceden el plano estrictamente técnico. El Celta necesita recuperar esos vínculos con su afición que se habían deteriorado en el último lustro y que el ejercicio en curso ha derrumbado. La entidad necesita reactivar al celtismo de antaño, tan fiel como sufrido. Convertir la identidad en un valor de peso es el camino más adecuado.

Las canteras foráneas y los equipos consolidados ofrecerán posibilidades. Gente como Jonathan Pereira y Iago Falque, a los que ya se cortejó el año pasado pero sin la decisión necesaria, volverán a estar en la lista. En el caso de Pereira, la clasificación del Villarreal para la Champions y el previsible refuerzo del plantel de Pellegrini dificultan su regreso. Y el vigués ya ha probado en las filas del Racing de Ferrol que puede ser un hombre decisivo en Segunda.

Eso es lo que han demostrado durante bastante tiempo tanto Julio Álvarez como Diego Castro, gallegos que quedan libres el próximo mes de junio. En el caso del hijo de Castro Santos, espera propuestas para debutar al fin en Primera División, categoría en la que Álvarez no llegó a cuajar. Su adquisición es difícil, pero el Celta estará sobre aviso.

La tercera fuente empleada para inyectar personalidad a la escuadra es la cantera. A expensas de si Oubiña lidera el equipo, hay jugadores en el filial en el momento de dar el salto como Goran Maric, cuyos goles reclaman esa oportunidad.