Ana María Bejarano resultó ayer galardonada con el Premio Nacional a la Mejor Traducción 2016, dotado con 20.000 euros, por la traducción de la obra "Gran Cabaret", de David Grossman, del hebreo al castellano. "Por muy importante que sea el traductor, que lo es, sin el autor no somos nadie", aseguró.

Con motivo de la concesión del premio, Ana María Bejarano explicó que enseguida felicitó a David Grossman. "Sin su materia prima que es excelente mi premio no hubiera sido posible. Es un premio que nos han dado a los dos", destacó, para después agregar que en esta obra han trabajado once traductores junto al autor durante una semana en Alemania, siete días y diez horas diarias de trabajo para trabajar y pulir la traducción.

"¿Qué me iba a esperar yo? ¡Estoy en shock!", aseguró Bejarano, profesora de literatura hebrea contemporánea que recibió la noticia a punto de entrar en clase. "Vi que sonaba el móvil y dudé en cogerlo, pero lo cogí y me quedé de piedra", confesó.

Tras recibir la llamada del director general de Política e Industrias Culturales y del Libro, José Pascual Marco, la premiada entró en el aula para impartir la clase a sus alumnos, a quienes les comunicó que es la galardonada con Premio Nacional a la Mejor Traducción 2016. "Después se lo comenté --la noticia--. Hemos dedicado la clase a este autor, aunque todavía no habíamos llegado a esta época", detalló

"Menos mal que estaba sentada cuando me llamó", enfatizó Bejarano, quien no pudo ocultar su felicidad tras más de 30 años, "toda una vida dedicada a los autores hebreos".