Cuando la Segunda Guerra Mundial llegó a su fin, muchos hogares habían quedado abandonados abruptamente y no se volvieron a habitar. En medio del discurrir normal de la vida, las familias salieron de sus casas y edificios dejando la mesa puesta o la ropa tendida. Surgió entonces en Japón un movimiento fotográfico que retrataba el deterioro de esos hogares, una tendencia que se denomina "abandono" y que en Galicia representa el fotógrafo Iñaki Matilla. Su obra se expone desde hoy, a partir de la inuguración a las ocho y media de la tarde, y hasta el 12 de diciembre en la Galería Soho de Vigo .

Latente guía al visitante por el mismo recorrido que Matilla realiza cuando llega a un hogar abandonado. Partiendo de la imagen de la fachada de una casa, el curioso se va adentrando en las habitaciones de inmuebles de Galicia, Portugal Italia o Bélgica. Una veintena de imágenes que buscan transmitir las impresiones que el fotógrafo percibe con cada descubrimiento, con cada encuentro. "Al entrar en un abandono por primera vez un cúmulo de sensaciones se apoderan de mí", afirma sin poder describir si se trata de emoción, curiosidad o sorpresa.

La belleza de estos espacios inmóviles, donde se aprecia la ruina y decadencia de cuadros en los que en otro tiempo hubo vida, obliga a preguntarse al observador qué hubo allí, cuál era la vida de las personas que habitaron y en qué época lo hicieron. Lugares dormidos que se fotografían para resistir en la memoria, evitando que el paso del tiempo que las consume las lleve al olvido.