El 27 de abril de 1916 el escritor Ramón María del Valle-Inclán viajaba a Francia en plena Primera Guerra Mundial para conocer en primera persona los efectos devastadores de la contienda. Durante sus visitas al frente en esos dos meses, el autor de "Luces de Bohemia" tomó notas de sus impresiones en un pequeño cuaderno que utilizaría -meses después y ya de vuelta a Galicia- para elaborar sus crónicas literarias por entregas en el periódico madrileño "El Imparcial" y, después, para el libro "La medianoche. Visión estelar de un momento de guerra" (1917).

Ese diario íntimo y hasta ahora inédito forma parte del legado de más de 5.000 manuscritos que la familia del escritor entregó en 2009 a la Cátedra Valle-Inclán de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), y ahora acaba de ver la luz en un libro titulado "El Cuaderno de Francia (1916). Manuscrito inédito de Ramón del Valle-Inclán", cuyo estudio y edición ha realizado la profesora y directora de la Biblioteca Margarita Santos Zas y que conforma el volumen 11 de la Biblioteca.

El volumen se presentó ayer en un acto que presidió el rector, Juan Viaño, y en el que participó el nieto de Valle-Inclán, Javier del Valle-Inclán Alsina, que agradeció a los representantes de la Universidad y a la Cátedra que lleva el nombre de su abuelo "la labor que están desarrollando en el estudio y difusión de la obra de Ramón del Valle-Inclán".

La directora de la Cátedra, Margarita Sanz, destacó "el excepcional valor de este Cuaderno de Francia" como testimonio personal de la vivencia de Valle-Inclán. La profesora resaltó que el manuscrito también resulta revelador de los mecanismos de escritura de su autor, "que tacha, reescribe, cambia frases, palabras, pautado siempre por la inmediatez de la escritura respecto de los acontecimientos vividos", indicó. "Valle no era nada confidencial; no compartía sus sentimientos, por lo que este diario es especialmente interesante para descubrir el impacto que le produjo recorrer las trincheras, ver cómo la guerra afectaba a las grandes ciudades francesas y su claro posicionamiento fracófilo", apunta la directora.

En esta pequeña libreta, el autor de O Salnés se hacía eco de la vida de los soldados y de los bombardeos de los aviones. "Escribía en su cuaderno cuando regresaba por la noche al albergue ya que, al ser manco, se veía obligado a redactar sobre una superficie plana", describe Santo.

El libro ha sido publicado en una edición muy especial. "El facsímil es casi igual al original porque hemos cuidado hasta el mínimo detalle, con elementos decorativos de su propia obra, la textura y el tipo de papel rayado... con lo que el lector lo recibe como si cogiera entre sus manos el propio original", concluye la directora, que ultima ahora otros tres proyectos valleinclanianos a partir de los valiosos fondos que atesora su biblioteca.