El bipartito de Gondomar ha pagado sus enfrentamientos con una merma a su poder de decisión. La oposición hizo valer su mayoría en el pleno la noche del jueves y castigó la guerra abierta entre los socios de PSOE y Manifesto Miñor retirándoles las facultades para solicitar subvenciones a la Xunta u otras administraciones y para emprender acciones judiciales o administrativas en defensa del interés público. Ambas atribuciones habían sido delegadas por el pleno en la junta de gobierno al comienzo del mandato, con el fin de agilizar la gestión diaria, pero Gondomar Concello Aberto (CABE) propuso devolvérselas a la Corporación por "perda de confianza" y contó con el apoyo de PP e IXG. Diez votos a favor frente a los siete en contra que suma la coalición en minoría.

El portavoz de CABE, Pauliño del Río, planteó el asunto por "perda de confianza" en la labor del bipartito. Por tres razones: el incumplimiento de acuerdos plenarios -como el de la inclusión del saneamiento del barrio de A Pedra en el Plan Concellos de la Diputación de este año-, la pérdida de subvenciones por "incompetencia" -que cifra "entre 250.000 e 300.000 euros tirando polo baixo nos últimos dous anos"- y la crisis interna.

Los populares mostraron también su recelo hacia la acción de PSOE y Manifesto porque "están todos os días a tirarse os trastos en lugar de acadar acordos", dijo su portavoz, Fernando Guitián, quien les reprochó además que "nunca buscasen consensos" con los demás grupos, pese a gobernar en minoría y pese a haberle ofrecido diálogo el PP en reiteradas ocasiones.

Por su parte, el líder de IxG, Manuel Gómez, insistió en que "isto non é un goberno, é un circo que só se preocupa de insultarse e nada máis. Se non funciona, o normal é quitarlle atribucións". Restó además trascendencia a la decisión de la oposición, en comparación con lo ocurrido en el anterior mandato, "cando o PP quedou en minoría e os que hoxe gobernan apoiaron rebaixar os soldos" al alcalde y a los cinco ediles con dedicación.

Praza Paradela y núcleos

La sesión sirvió además para dar luz verde la reforma del proyecto de humanización de la plaza Paradela y las bases del concurso para contratar la obra.

La Corporación aprobó asimismo de forma provisional la delimitación de los núcleos de A Mourisca en Chaín y A Carballa, en el barrio de Vilas (Morgadáns), pendientes del visto bueno definitivo de la Xunta para evitar derribos en ambas zonas.

Por unanimidad quedaron aprobadas una propuesta de CABE para solicitar la creación de un parque de bomberos comarcal y otra de apoyo a las reivindicaciones de la delegación miñorana del Movemento en Defensa das Pensións, que defendió Antón García, uno de sus integrantes, desde el patio de butacas.

El momento de mayor tensión del debate llegó cuando Del Río exigió al alcalde que explicase públicamente los motivos del retraso en el pago de salarios a la plantilla municipal en marzo. Funcionarios y trabajadores percibieron su sueldo en abril, pese a que su convenio regulador establece que deben cobrar antes de finalizar cada mes. Ferreira culpó a la interventora de la demora por entregarle la documentación a última hora y el portavoz de CABE lo puso contra las cuerdas y lo acusó de mentir, dado que los horarios de entrada de los papeles quedan registrados en el sistema de gestión electrónica, que confirma que no fue así.