Las lluvias de los últimos días han devuelto el rugido a la fervenza de A Feixa. El popular salto de la parroquia redondelana de Reboreda lucía ayer con todo su esplendor tras un otoño seco que redujo el caudal del río Alvedosa al mínimo, excepto con el pasado temporal Ana. Así, la crecida del cauce transforman este lugar en uno de los más llamativos de Redondela en la temporada invernal por la fuerza del agua y su entorno natural.

El acceso a la zona se puede hacer tanto desde la base del viaducto del AVE de Reboreda, donde arranca el camino señalizado, como desde la terraza del Muiño Vello, situado en el otro extremo de la senda, a escasos metros de la cascada, a la que se llega tras cruzar un nuevo puente. El lugar cuenta con carteles para facilitar la localización a las personas que no conozcan la zona y en los que se explican las características de la fauna y flora del lugar.

La senda hasta la cascada fue construida por el gobierno local en el año 2014 con el objetivo de incluir este entorno natural entre los puntos de interés turísticos del municipio, y desde entonces es una de las zonas más concurridas sobre todo durante el otoño e invierno por su espectacularidad. Sin embargo, este año, debido a la ausencia de lluvias en los últimos meses, la fervenza presentaba un aspecto tranquilo muy diferente al habitual por estas fechas.

El paseo peatonal recorre una de las márgenes del río, en el que también se construyó una pasarela con escaleras de madera que permite disfrutar de la cascada tanto desde la base como desde la zona superior, pasando junto a los restos de unos molinos de agua situados junto al salto. La construcción de esta senda se financió en su mayor parte con cargo a las arcas municipales, aunque también contó con una subvención de fondos europeos.