La olvidada capilla de San Martiño de Morgadáns ha salido a la luz. Casi nadie recuerda el templo en funcionamiento en la parroquia gondomaresa, pero Carlos Esmerode, uno de sus vecinos, ha descubierto su cimentación en las proximidades del curro, tras retirar la tierra y vegetación que la cubría después de mucho tiempo rastreando la zona en su busca. La que podría ser una feliz noticia para el patrimonio histórico de la parroquia ha derivado por el momento en polémica. Una fotografía de los restos de la ermita en las redes sociales desató ayer el debate y alertó al Instituto de Estudos Miñoráns (IEM), que investiga si la intervención dispone de autorización de la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta y si ha causado algún daño al elemento arquitectónico.

Existían referencias sobre la existencia de la capilla. Tanto en la memoria de los habitantes más veteranos de Morgadáns, como en los textos del escritor Victoriano Taibo, que llegó a relatar visitas escolares al emplazamiento del templo en los años 30 del pasado siglo, durante su etapa como maestro en la parroquia. Dos directivos del IEM, el arqueólogo Xosé Lois Vilar y el etnógrafo Xilberte Manso, habían encontrado su ubicación el pasado verano, mientras elaboraban un estudio de la toponimia del entorno. "Falábannos da capela e de que aquel lugar se chamaba Alto de San Martiño. Logo vimos que alí había uns restos que podían formar parte da estructura", explicaban ayer.

Pendiente de estudio

Los expertos habían previsto realizar unas catas el próximo verano para confirmar sus sospechas, pero se les ha adelantado Carlos Esmerode, un trabajador del departamento de Vías e Obras del Concello que confiesa su afición por conocer la huella de los antepasados en la zona. "Encántanme estas cousas e gústame que se dean a coñecer para que a xente disfrute delas", afirma.

Por eso no dudó en coger "un sacho e unha pala" para despejar de tierra y maleza el espacio donde estaba convencido de que se encontraba la capilla que su abuelo le recordaba en sus paseos de infancia por el monte. Asegura que lo hizo con permiso, al menos de palabra. "Quedei con técnicos de Patrimonio que van vir visitar o lugar e co arquitecto municipal, que tamén quedou de vir", recalca.

Su labor no se ha limitado a dejar al descubierto los muros de la ermita, de unos 50 metros cuadrados. Ha encontrado a dos vecinas de avanzada edad que aseguran haber acudido a misas allí y que le mostrarán in situ cómo era la construcción. Y ha solicitado información al Archivo Diocesano de Tui. para conocer cuándo fue contruida. "Dixéronme que non hai rexistros sobre esta capela do 1800 en diante e que revisarán a documentación anterior para ver se hai algo", explica.

Un magosto con carpa

Un grupo de vecinos apoyan su intervención y apuestan por reconstruir el inmueble en el futuro y recuperar la fiesta de San Martiño. Han celebrado incluso un magosto en el entorno el pasado fin de semana con una carpa en las inmediaciones del yacimiento. Para instalarla, se echó mano de una excavadora para allanar el terreno, según confirma Esmerode.

La Entidade Local Menor de Morgadáns, propietaria del terreno, es conocedora de lo ocurrido, según indicó ayer su presidente, Javier Gregores, pero se desvincula de la iniciativa popular. "A limpeza e a festa é cousa dos veciños, a Entidade non tén nada que ver con iso", indica el pedáneo.

Los directivos del IEM no dudan de la "boa vontade" de todos ellos, pero advierten de que "a lei impide intervir sen autorización en ningún elemento patrimonial". Xilberte Manso recalca además que "o feito de que non estea catalogado non significa que non sexa un monumento, polo que hai que tomar todas as precaucións para evitar danos". Hoy mismo visitarán el lugar para comprobar el alcance de las intervenciones y determinar si se han producido desperfectos o no.