El conflicto se recrudece en la Cofradía de Baiona. La indignación se desató ayer entre los percebeiros al aprobarse en xunta xeral la separación de la actividad a pie y a flote por zonas que habían tumbado tan solo 48 horas antes por amplia mayoría en su asamblea sectorial. "Esto es un abuso de poder, una dictadura. No se respetan las decisiones democráticas de la agrupación del percebe", clamaban los opositores a la dirección del pósito tras la tensa reunión que se prolongó durante cuatro horas, con dos patrullas de la Guardia Civil en la puerta una vez más.

Según denunciaron, la patrona mayor, Susana González, con la que este diario trató de contactar sin éxito, propuso a los miembros de la junta exactamente lo contrario a lo que se había aprobado en la asamblea de percebeiros. Y logró sacar adelante la segregación de los planes de explotación con 8 votos a favor, 7 en contra y una abstención. La misma idea fue rechazada el miércoles en la reunión de percebeiros por 45 votos a 18.

Tan atónitos como enfurecidos por la postura de la máxima responsable de la Cofradía, los mariscadores anunciaron que impugnarán la xunta xeral porque "ni siquiera reflejaba el asunto en el orden del día".

Barajan otras medidas legales e incluso retomar las movilizaciones. "Esto es inaudito. Nunca ha ocurrido en ninguna cofradía gallega. Que se someta a una mayoría a la decisión de dos personas que actúan bajo las directrices de la Consellería do Mar en su intención de restringir el acceso a los recursos específicos", declaraba el abogado que los representa, Alberto Muñoz."Hemos entrado en una situación de alerta roja de muy difícil solución", añadía.