Antonio de la Rosa Suárez cumplirá 48 años de edad el lunes y tres décadas dedicado a los deportes extremos con muchas aventuras en mente. La actual consiste en realizar la primera vuelta a la Península Ibérica sobre su tabla de paddle surf, con solo un remo y una chaqueta de neopreno por si refresca. Ayer hizo escala en Baiona tras pasar la noche en las Islas Cíes. Una parada técnica para continuar hoy mismo rumbo a aguas portuguesas tras navegar 1.000 kilómetros desde que salió el pasado 6 de junio de Hondarribia (Guipúzcoa). Le quedan otros 2.500 que espera completar a finales de septiembre en Port Bou (Girona) y se lo toma con calma e ilusión a la vez porque los retos son su pasión. "Lo de verdad duro y cansado es trabajar en la obra, eso sí que tiene mérito", comentaba nada más llegar a la céntrica playa baionesa de A Ribeira.
Trata de no correr riesgos. Si las condiciones meteorológicas y marítimas se tuercen, se queda en tierra. Desde el inicio de la ruta, han sido once los días que ha preferido esperar a que mejorase el tiempo. "El Cantábrico se puso un poco difícil, pero salgo con la ventaja de estudiar previamente cada etapa, de 40 kilómetros, para evitar peligros". Su pareja lo acompaña por tierra con una autocaravana mientras él disfruta de la travesía. "Lo que me gusta es descubrir nuevos sitios y paisajes", indica.
Y eligió Baiona para descansar por dos motivos. Por su amistad con miembros del club Wetsports-Waira de A Ladeira, que lo acompañaron ayer en su arribada desde las Illas Estelas. Y porque "es el último lugar más bonito antes de entrar a Portugal". Aquí ha estado en otras ocasiones e incluso participó en el primer Campeonato de España de Paddle Surf que se celebró en la villa.Y de aquí guardará un bonito recuerdo cuando finalice su desafío. "En ningún sitio de España he tenido un recibimiento como este", dijo al pisar la arena, donde lo esperaban el alcalde, Ángel Rodal, y el concejal de Actividades Marítimas, Raúl Costas, para felicitarlo por la hazaña.
Apasionante currículum
Bordear el litoral peninsular no será su mayor gesta. Es el primer español en cruzar el Atlántico a remo en solitario y ganar la prueba francesa Rames Guyane en 2014. Lo hizo en 64 días tras convertirse, ese mismo año, en la primera persona del mundo en recorrer los 1.700 kilómetros de la ruta del Norte de Iditarod en Alaska -donde falleció el mítico Félix Rodríguez de la Fuente en un accidente de helicóptero- tirando de un trineo cargado con 90 kilos de comida y material a temperaturas de -25 grados.
El año pasado unió Madrid con Lisboa por el río Tajo y sus afluentes sobre su tabla y la utilizó de nuevo para ser el primero en navegar 739 kilómetros por el Círculo Polar Ártico en 26 días. Ya en 2017, se fue a Laponia para probar con la Lapland Extreme Challenge, una prueba de 900 kilómetros a pie que nadie ha superado. A él se le congelaron tres dedos de los pies y tuvo que abandonar, pero lo intentará otra vez en 2018. "No me gusta dejar las cosas a medias y volveré en marzo", comentaba ayer.
Será antes de lanzarse al Pacífico para atravesarlo por primera vez en la historia con su inseparable tabla de paddle hinchable.
Cuenta con patrocinadores para hacer frente a los gastos de sus apasionantes viajes, pero vive de su empresa de deportes de aventura. La fundó en 2003 tras abandonar su plaza de bombero para dedicarse a sus "locuras".
