El gobierno del PP de Baiona aprobó ayer en solitario el plan de ajuste financiero que obliga al Concello a subir en 2018 el recibo de la basura en un 5% y el del IBI un 4% para corregir el desfase presupuestario de medio millón de euros.

Su portavoz, María Iglesias, defendió el ajuste por el incumplimiento de la regla de gasto, a causa del reparto de la inversión de la reforma del hospital Sancti Spiritus. El Ministerio de Hacienda aportó la partida de un millón de euros en diciembre de 2015, pero el Concello se vio obligado a invertirla en 2016. De ahí el desfase.

La oposición votó en contra. El socialista Carlos Gómez Prado lamentó que sean los vecinos los que paguen la mala gestión del gobierno. El portavoz del BNG, Iago Pereira, atribuyó el problema a la ley de estabilidad presupuestaria del PP "que é inxusta porque lles impide aos concellos utilizar o superávit en gastos". Por su parte, el líder de IU, Silvano Montes, propuso reducir el gasto en festejos y en actividades deportivas y culturales, de 600.000 euros este año, en lugar de gravar a los vecinos.