-¿Por qué se ha decidido a dar este paso?

-Hemos vivido momentos convulsos y me veo en la obligación de intentar asegurar el futuro de la agrupación en Baiona.

-¿Corría algún peligro?

-No, pero en este momento somos 60 militantes y hace unos años llegamos a ser 120. Los enfrentamientos han causado un daño y hemos perdido todos.

-¿Cómo lo va a conseguir?

-Estoy en contacto con exmilitantes que salieron escaldados. Tenemos la obligación moral de traer a los nuestros a casa. Se han cometido errores en la gestión de la crisis interna y se ha llegado incluso a faltas de respeto. Debemos aprender de esos errores y de dejar claro que el colectivo está por encima de lo individual. Hay gente socialista de corazón que ha dado la cara por este partido y que está fuera. Deben volver sí o sí porque todos somos necesarios. Los que estamos aquí ahora les debemos mucho. Pedir perdón es muy sano y a veces hay que ser humilde y hacerlo.

-¿Habrá renovación en la ejecutiva?

-También, por supuesto. Tenemos una deuda pendiente con la gente joven. Disponemos de un grupo de gente de entre 21 y 40 años comprometido con la agrupación.

-¿Será usted el candidato a la Alcaldía?

-Es muy prematuro hablar de eso. No lo descarto ni me disgustaría, pero ahora lo que me preocupa es el partido. Reforzarlo con unidad y que esté preparado para ser la alternativa al PP.

-¿Cómo se plantea las elecciones de 2019? Hay quien ve en la marcha del exalcalde popular Vázquez Almuiña a la Xunta una oportunidad única.

-Hay posibilidades pero tenemos que tener los pies en la tierra. Quitarle la mayoría absoluta al PP será difícil. Tendremos que aplicarnos al cien por cien estos dos años y medio. Para ganar al PP en 2019 tenemos que ir a la guerra con todos los nuestros en casa.